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“No quiero silla de ruedas, volveré a caminar”, la mujer que perdió un pie en el sismo

A pesar de haber perdido un pie tras el terremoto una mujer de 58 años está convencida de que volverá a caminar.

Ciudad de México.- Poco después del mediodía del martes pasado, la enfermera Hilda Corella Castillo se dirigía hacia el hospital Adolfo López Mateos, en Coyoacán, donde laboraba como parte del cuerpo de enfermeras.

Desde la terminal Tláhuac de la Línea 12, Hilda tomó el tren que la llevaría hasta Zapata para luego transbordar a la línea verde y llegar al hospital. Al llegar a la estación Nopalera, el terremoto sacudió la estructura elevada del Metro y el tren de Hilda se descarriló. Las puertas de los vagones se abrieron para dejar salir a la gente, pero entre el pánico y la confusión, la enfermera resbaló y su pie quedó prensado entre el tren y la plataforma.

“Ella pidió auxilio pero nadie se acercó a ayudarla”, cuenta Juan Ruiz Ibarra, esposo de Hilda. “Sólo un joven, que nunca supimos quién fue,  regresó”.

Según Juan, el misterioso joven cargó a la mujer y la sacó a la calle; pidió asistencia a una ambulancia, pero ésta se negó a transportar a la señora de 58 años. Fue hasta que encontró una patrulla que por fin recibió ayuda y la llevaron al Hospital de Tláhuac.

Mientras esto ocurría, el esposo de Hilda regresaba de su trabajo. Aunque había sentido el sismo, todavía no sabía la magnitud del daño.

“Paré a comprar las tortillas para la casa, pero en ese momento pasaron mis hijos en mi camioneta a toda velocidad", narró Juan. Su hija Yoselin le gritó que corriera a la casa porque sus tíos los estaban esperando para ir al hospital.

Aunque Juan e Hilda llevan 29 años de casados, el hombre recuerda que ya eran novios cuando el terremoto de 1985 sacudió la ciudad. En esos años su esposa, aún estudiante de enfermería, se unió a las brigadas de voluntarios que brindaron atención médica. Esta vez, el destino quiso que le tocara a ella ser rescatada.

Hilda estuvo internada brevemente en Tláhuac, y de ahí fue trasladada en helicóptero por el Grupo Cóndor de la Secretaría de Seguridad Pública al Hospital General de Xoco.

De acuerdo con la lista de heridos actualizada de Locatel, Hilda es una de las 23 personas lesionadas por el sismo que continúan internadas en este hospital.

Luego de evaluar a Hilda, los médicos del hospital llamaron a su hija Alejandra y le dieron la mala noticia: el daño en el pie izquierdo de su madre era irreparable y debían amputarlo desde la rodilla. Mientras su hija recibía esta información, Juan esperaba junto con otros siete familiares afuera del hospital.

“Vimos que mi hija regresó llorando y cuando nos dijo, pues nos pusimos muy mal”, narró Juan con la voz entrecortada y los ojos llenos de lágrimas. “Sabíamos que entró a firmar la autorización para la cirugía, pero no sabíamos que iba a perder el pie”.

El hombre se mantuvo a la espera de novedades durante el resto del día y la noche. Fue hasta la madrugada del miércoles que por fin un médico les informó que la operación había sido un éxito.

A la tarde del día siguiente Juan volvió a ver a su esposa un poco más consciente intentando abrir los ojos, e incluso le apretó la mano, lo cual lo llenó de alegría. Cuando por fin pudo hablar con ella, el hombre se sorprendió con su actitud positiva.

“Me pidió que le echara ganas, que íbamos a salir adelante y lo importante es que todos estábamos vivos”, relata. También dice que a su esposa le encantaba bailar, pero que ahora le tocará quedarse sentado con ella. Hilda le ha prohibido que le compre una silla de ruedas.

“Ella dijo que no necesita una silla de ruedas porque ella va a volver a caminar”, dijo.