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Encerrados cerca de un volcán: así vivieron 6 científicos un viaje simulado a Marte

El estudio de la NASA buscaba determinar el impacto sicológico de la convivencia durante 8 meses en un espacio pequeño y aislado.

Seis científicos que simularon una estancia en Marte como parte de un experimento de la NASA salieron este domingo de su aislamiento tras ocho meses de encierro cerca de un remoto volcán de Hawaii.

El objetivo del estudio era analizar los impactos psicológicos que una misión espacial a largo plazo tendría sobre los astronautas, sometidos a condiciones de aislamiento y convivencia forzosa en un pequeño espacio.

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Durante su estancia, la tripulación de cuatro hombres y dos mujeres convivió en un refugio cubierto de vinilo de 1200 pies cuadrados, en una vasta llanura por debajo de la cumbre del Mauna Loa de la Isla Grande, el volcán activo más grande del mundo.


De izq a der: Joshua Ehrlich, Laura Lark, Sam Payler, Brian Ramos, Jay Bevington y Ansley Barnard, quienes participaron en el experimento. Foto de AP

El local tenía pequeños cuartos para cada miembro, además de una cocina, un laboratorio y un baño. El grupo compartió una ducha y dos letrinas.

Durante esta peculiar misión, los miembros de la tripulación vistieron trajes espaciales y se desplazaron en grupos cada vez que salían de su pequeña estructura de cúpula. La mayoría de los alimentos que consumieron eran liofilizados o enlatados.

Todas sus comunicaciones con el mundo exterior fueron sometidas a un retraso de 20 minutos - el tiempo que tarda la señal en llegar desde Marte a la Tierra. La tripulación estaba encargada de realizar estudios geológicos y de cartografía y mantener su hábitat autosuficiente como si estuvieran realmente viviendo en Marte.

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Tal como sucede en la película El marciano, protagonizada por Tom Hanks, el especialista en biología Joshua Ehrlich cultivó verduras frescas.

"Zanahorias, pimientos, pak choy. Repollo chino, rábanos, tomates, papas, toneladas de perejil y orégano, fue fenomenal”, contó Ehrlich.

La tripulación participó en juegos diseñados para medir su compatibilidad y niveles de estrés y mantuvo registros sobre cómo se sentían. Para medir el estado de ánimo, también llevaban sensores especialmente diseñados que determinaban los niveles de voz y la proximidad a otras personas.

El estudio también probó cómo ayudar a la tripulación a lidiar con el estrés. Cuando se sentían abrumados, podían usar dispositivos de realidad virtual para llevarlos a una playa tropical o a otros paisajes agradables.

Los dispositivos podían percibir si la gente se evitaba mutuamente, o si estaban de acuerdo en una discusión, contó la investigadora principal del proyecto, Kim Binsted, profesora de la Universidad de Hawaii.

Kim Binsted, profesora de la Universidad de Hawaii, a cargo del experimento. Foto de AP

"Hemos aprendido, por un lado, que el conflicto, incluso en el mejor de los equipos, va a surgir", dijo Binsted. "Así que lo que es realmente importante es tener una tripulación que, tanto como individuos como como un grupo, sea realmente resistente, puedan examinar ese conflicto y recuperarse de él".

El proyecto es el quinto de una serie de seis estudios financiados por la NASA en la instalación de la Universidad de Hawai llamada Análisis y Simulación de Exploración Espacial de Hawaii, o HI-SEAS. La NASA ha dedicado cerca de $ 2.5 millones a investigaciones en esa instalación.

Como recompensa inmediata al éxito de la misión, los seis tripulantes festejaron con piña, mango y papaya al salir de su encierro.

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