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Estudio revela por qué Trump cometería un error si elimina DACA

Un estudio revela los beneficio del programa que beneficia a unos 800 mil jóvenes en todo el país.
Protestas a favor de beneficiarios de DACA
Protestas a favor de beneficiarios de DACAEPA / EPA

Hay secretismo en Washington e incertidumbre en el resto del país. DACA, la célebre Acción Diferida para los Llegados en la Infancia impulsada y aprobada por Barack Obama hace exactamente cinco años, pudiera desaparecer.

El presidente Trump debe tomar una decisión ante el programa antes del 5 de septiembre, fecha límite en la demanda del estado de Texas para que cancele DACA.

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Mientras en febrero pasado, el mismo Trump dijo que tratarían el tema de DACA “con el corazón”, y luego aseguró que los soñadores deberían “descansar tranquilamente” porque a él sólo le interesaba deportar a criminales, también en otros discursos ha vinculado a no pocos dreamers con pandillas y con drogadictos.

Más allá de las promesas y de los comentarios ambiguos que tanto Donald Trump como algunos de sus representantes han deslizado en las últimas semanas, la realidad dice que, de amanecer mañana con la noticia del fin de este programa, cerca de 800 mil dreamers se verían gravemente afectados.
 

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De aprobarse el fin de DACA, este número considerable de jóvenes inmigrantes llegados a Estados Unidos siendo menores de edad perderían tanto la protección contra la deportación a sus países de origen, como el acceso al Permiso de Trabajo que les permitió en su momento estudiar, trabajar, pagar impuestos y contribuir a la economía doméstica.

Ahora, según The Washington Post, el Center for American Progress hizo públicos los resultados de una nueva encuesta con los beneficiarios de DACA que ilustra el terrible impacto que podría tener una decisión de eliminar el programa.

Los resultados de este sondeo a más de 3.000 beneficiados de DACA en 46 estados de la nación revelan que existe un argumento muy fuerte para proteger a toda costa este importante plan de ayuda a jóvenes inmigrantes.

El primer dato revelado es que el 97% de los encuestados dijeron que trabajaban o que continuaban estudiando.

A esta cifra hay que sumarle que el 69% de los participantes en el sondeo confirmaron que después de recibir el estatus de DACA fueron capaces de cambiar a un trabajo con mejores ingresos, y que su salario promedio pasó de 10.29 dólares por hora antes de convertirse en dreamers, a 17.46 dólares por hora después de serlo.

Este par de puntos evidencian que, en lugar de ser mano de obra bruta usurpadora de empleos para los estadounidenses -uno de los tópicos empleados por Trump durante su campaña-, casi la totalidad de los beneficiados por este programa se han convertido en verdaderos contribuyentes, con reales salarios de clase media.

Además, el estudio reveló que el 5% de los soñadores pudo iniciar su propio negocio, una cifra que se eleva al 8% entre quienes tienen más de 25 años, lo que representa más de dos veces y media la tasa de la población en su conjunto.

Por otra parte, el 65% informó haber podido adquirir su primer auto y el 16% haber logrado comprar su primera vivienda después de entrar en el programa. Para los mayores de 25 años la cifra fue del 24%.

Por último, el 45% continúa aún en la escuela, y de ellos, el 72% aspira a graduarse en la universidad, e incluso a lograr un master o un doctorado.

Otro estudio paralelo estimó que la clausura de DACA podría implicar una pérdida de 460.000 millones de dólares para la economía del país durante los próximos 10 años.

Un estudio en abril, realizado por la firma Morning Consult, determinó que el 78% de los votantes consultados -de ambos partidos- consideraba que se les debería permitir a los dreamers permanecer en Estados Unidos, y el 56% consideró que se les debería crear una ruta a la ciudadanía.

Aunque, como recalca The Washington Post, el mayor costo es el humano.

“Para nosotros, esta encuesta cuenta la historia de jóvenes inmigrantes como mi hermano que han conseguido trabajo, han ido a la escuela, han apoyado a sus familias y han construido sus vidas en los últimos cinco años”, dice Cristina Jiménez, directora ejecutiva de United We Dream.

“Mantener la DACA debe ser una obviedad, pero en su lugar los supremacistas blancos en la Casa Blanca y en algunas capitales estatales están poniendo innecesariamente en peligro todo este progreso”, concluye.

Lo curioso de todo esto es que DACA ha sido un programa bastante popular entre la población estadounidense, a la que obviamente no están destinados sus beneficios.

No pocos ciudadanos de Estados Unidos valoran que estos hijos de inmigrantes traídos al país por sus padres hayan tomado un camino de superación, pasando satisfactoriamente sus estudios elementales, accediendo a la educación superior, sirviendo en las fuerzas armadas, logrando buenos trabajos...

Sólo los nacionalistas más férreos y crueles -concluye el diario capitalino- quieren deshacerse de los dreamers, expulsándolos del país junto con quienes los trajeron a Estados Unidos en busca de un futuro mejor.

Lamentablemente, esta tendencia abunda en la administración Trump, incluido el fiscal general. De ahí que sea tan importante abogar por que el gobierno mantenga este programa, por el bien de todos.