El presidente Donald Trump insinuó este martes ante sus seguidores en Phoenix, Arizona, que indultaría al sheriff Joe Arpaio, a la vez qu reiteró su determinación de erigir el muro en la frontera con México, incluso si eso implica al cierre de las operaciones del gobierno federal.
Tras preguntarle a la multitud si les gustaba Arpaio y escuchar una respuesta afirmativa, dijo: “Creo que estará bien”, dijo. “Pero no lo haré esta noche porque no quiero causar ninguna controversia”.
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Arpaio fue condenado el mes pasado por desacato criminal por ignorar la orden de un juez federal de detener a las personas simplemente por sospechar que eran inmigrantes indocumentados. Es considerado un símbolo de las posturas antiinmigrantes.
En un discurso de más de una hora, de la cual dedicó cerca de 20 minutos a atacar a los medios de prensa que lo han criticado, Trump comenzó recordando las declaraciones que hizo en los días posteriores a los disturbios en Charlottesville.
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Aseguró que "habló con fuerza contra el odio, la intolerancia y la violencia", pero que los medios – que calificó de "gente enferma" - se negaron a reportarlo correctamente.
“Todo el anfiteatro está en contra de los matones que cometieron actos de violencia en Charlottesville”, afirmó. “Condené a los neonazis, los supremacistas blancos, y el KKK”.
El presidente no mencionó que inicialmente culpó de la violencia a “ambas partes” -supremacistas blancos y neonazis de un lado, y manifestantes opuestos a ellos, del otro- y que esto fue lo que provocó las críticas en los medios de comunicación.
Durante su discurso repitió una vez más su promesa de erigir un muro resistente en la frontera con México, incluso al costo de provocar un cierre del financiamiento del gobierno federal.
El presidente también se refirió a la campaña de las autoridades migratorias contra la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13).
“Estamos liberando pueblos” de la pandilla MS-13, dijo, en referencia a la pandilla. “Lo están viendo, ustedes me eligieron para que lo hiciera, y lo estoy haciendo”.
También elogió las medidas represivas contra las ciudades santuario, a las que acusó de “proteger criminales”.
El presidente expresó su frustración con el Congreso, y se pronunció a favor de eliminar la regla de la maniobra conocida como filibusterismo, que puede dilatar y torpedear las legislaciones.
Sin embargo, aseguró que “ningún presidente ha logrado lo que este presidente ha logrado en ocho meses”, refiriéndose a sí mismo. “Hemos firmado más de 50 legislaciones, y ellos [la prensa] dice que no hemos aprobado ninguna”.
Mientras Trump pronunciaba su discurso, afuera del centro de convenciones miles de manifestantes se reunieron para protestar contra su presencia. Otros miles hicieron extensas filas para entrar a verlo. No se reportaron incidentes de violencia.