Tres guardias de una cárcel en Florida, miembros secretos del Ku Klux Klan, conspiraron para asesinar a un recluso afroamericano luego de una pelea carcelaria, pero no pudieron llevar a cabo sus planes gracias a la intervención del FBI.
Un jurado en el condado de Columbia, Florida, encontró a David Elliot Moran y Charles Thomas Newcomb culpables de conspiración para cometer asesinato en primer grado.
Hace dos años, ambos hombres, junto a un tercero - Thomas Jordan Driver-, discutieron sus planes con un informante del FBI, quien aportó la información clave para que fueran condenados.
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Driver se declaró culpable en marzo de un cargo de conspiración para cometer asesinato en primer grado y fue condenado a cuatro años de prisión. La sentencia de Moran y Newcomb está pendiente y enfrentan condenas de hasta 30 años de cárcel.
"Seguiremos trabajando diariamente para asegurar que el KKK o cualquier otra organización llena de odio sea incapaz de infligir violencia a los ciudadanos de nuestro gran estado", dijo la Fiscal General de Florida, Pam Bondi, en un comunicado el martes.
Los tres hombres eran miembros de una conocida filial de Ku Klux Klan llamada los Caballeros Tradicionales.
Al ser arrestado en 2015, Moran era un oficial en de Recepción y Centro Médico del Departamento de Correcciones de la Florida en Lake Butler. Newcomb y Driver eran ex empleados de la instalación.
Según los documentos de la fiscalía, durante en una reunión de Ku Klux Klan en el área de Jacksonville a finales de 2014 Newcomb, Moran y Driver le dijeron a un informante del FBI infiltrado en el grupo que Driver tuvo una pelea con el preso afroamericano, que este lo había mordido y que le preocupaba contraer una enfermedad.
Los tres le dijeron al informante que querían ver al preso "seis pies bajo tierra" cuando este saliera libre.
Las conversaciones con el informante fueron grabadas secretamente y en ellas el trío considera inyectarle insulina con una vara de pescar para que su muerte parezca accidental.
Cuando uno de los tres cuestiona qué pasará si el preso no pescaba, Newcomb, quien se identificaba como el "Cíclope exaltado", le dijo a Moran y al informante que lo matarían a tiros.
El informante del FBI les dijo a los hombres que podía contactar a un asesino profesional y la agencia puso a la potencial víctima bajo protección.
El FBI creó una escena macabra que simulaba la ejecución del ex recluso, y el informante les mostró fotos de esta a los tres hombres, que lo felicitaron. Poco después, fueron arrestados.