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El conductor del camión de San Antonio no llamó al 911 aunque notó que al menos una persona estaba muerta

Los inmigrantes que viajaban en el vehículo golpearon la pared del trailer pero el conductor no se detuvo, según el testimonio de una de las víctimas

Miami, FL - El conductor del camión de San Antonio, acusado de un cargo por transporte ilegal de extranjeros, dijo que no sabía qué tipo de carga llevaba en el remolque, según documentos judiciales del caso. James Mathew Bradley Jr. declaró que su jefe –al cual no identificó por nombre- había vendido el trailer y que el objetivo de su viaje de Iowa a Texas era entregarlo al nuevo propietario. 

Bradley aseguró que se detuvo en el estacionamiento de Walmart en San Antonio para orinar y que fue entonces cuando escuchó golpes en el remolque. Al abrir la puerta fue embestido por cerca de 30 o 40 personas “Spanish” que salieron corriendo. Otros, dijo, se quedaron tirados en el piso como carne pero no llamó al 911 a pesar de que notó que al menos una persona estaba muerta. El conductor también dijo que sabía que el sistema de refrigeración del remolque no funcionaba y que los cuatro hoyos de ventilación probablemente estaban tapados.

Bradley declaró que ningún vehículo llegó al estacionamiento a recoger a los inmigrantes, a diferencia de lo que relató uno de los indocumentados que viajaba en el camión al equipo de investigación de Homeland Security. Precisamente este inmigrante, que se encuentra hospitalizado y fue identificado con las iniciales J.M.M-J, dijo que dejó su casa en Aguascalientes, México, con el fin de que contrabandistas lo llevaran a Texas donde tendría que pagar 5.500 dólares.

El hombre declaró que ingresó e EEUU por un río -cuyo nombre no especificó- junto a un grupo de 28 personas y que el contrabandista que los acompañaba le indicó que alguien ligado a Los Zetas le cobraría 11 mil pesos mexicanos por protección (cerca de 600 dólares) y 1.500 pesos (81 dólares) por ayudarle a cruzar en balsa. El inmigrante aseguró que antes de cruzar el dinero fue recolectado y que después caminaron hasta el amanecer.

Según el inmigrante, al otro día a las 9:00 de la mañana una camioneta Chevrolet Silverado recogió a su grupo y lo llevó al trailer en donde ya había cerca de 70 personas. Los contrabandistas cerraron las puertas y los dejaron encerrados sin agua ni comida.

Más tarde, a las 9:00 de la noche del mismo día, alguien abrió la puerta del trailer, les dijo que ya iba a empezar el traslado y repartió cintas de colores para identificar cada grupo. El hombre aseguró que el remolque tenía refrigeración.

Durante la primera hora del viaje todo iba bien, dijo, pero aseguró que después faltaba el aire y algunos empezaron a desmayarse. Los indocumentados golpearon para llamar la atención del conductor pero este no se detuvo. Entonces, optaron por respirar por turnos a través de un orificio en una de las paredes del remolque. El inmigrante no detalló el tamaño del mismo.

Al detenerse el camión frenó con fuerza y las personas dentro se cayeron por lo débiles que estaban. La puerta trasera se abrió, muchos salieron corriendo y, según la declaración, seis camionetas negras SUV estaban esperándolos. Los vehículos se llenaron rápidamente y se fueron. El inmigrante no vio quien abrió ni quien condujo el camión.

Otros dos indocumentados entrevistados en el hospital dijeron que habían estado en Laredo, Texas, antes de subir al trailer y que al llegar ya hacía calor adentro del mismo.

Las autoridades descubrieron el domingo ocho cadáveres dentro del camión estacionado a pleno sol en San Antonio. Dos personas más fallecieron en el hospital. Las autoridades dijeron que la cifra de víctimas podía aumentar porque otros 20 rescatados están en malas condiciones físicas, muchas de ellas con deshidratación extrema y síntomas de insolación.

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