La jefa de la policía de Minneapolis, Janee Harteau, ha dimitido este viernes, tras haber perdido la confianza de la alcaldesa, Betsy Hodges, y apenas días después de que una mujer muriera por el disparo de un agente que respondió a su llamada al teléfono de emergencias 911 denunciando una posible violación en el callejón trasero de su casa.
Harteau aseguró en un comunicado: “He decidido que estoy dispuesta a apartarme para dejar que un nuevo liderazgo vea que se puede hacer para que el cuerpo de policía sea lo mejor posible”. La alcaldesa, por su parte, explicó que había perdido la confianza en las capacidad de Harteau: “Y está claro que también ha perdido la confianza de la gente de Minneapolis”.
La ya ex jefa de la policía llevaba casi una semana fuera de la ciudad en un permiso personal que pidió tras la muerte el sábado de Justine Damond, una mujer australiana de 40 años que estaba a punto de contraer matrimonio.
De acuerdo con la transcripción de las llamadas al 911, Damond telefoneó en dos ocasiones esa noche, primero a las 11:27, diciendo que creía haber escuchado a una mujer víctima de un posible asalto sexual, y luego, ocho minutos después, preocupada porque hubiera dado mal la dirección y por ello no hubiera llegado aún ningún policía.
Mohamed Noor, el presunto autor del disparo mortal, se ha negado a declarar dentro de la investigación del incidente. El agente que le acompañaba, Matthew Harrity, explicó que, al llegar en el coche patrulla, que él conducía, escucharon un ruido fuerte; Noor disparó a la mujer, que se aproximaba al vehículo por el lado del conductor, a través de la puerta.
El abogado de Noor, Fred Bruno, considera razonable asumir que el agente se creyó víctima de una emboscada, y aludió al reciente asesinato a sangre fría de un agente en Nueva York cuando estaba en su vehículo policial.