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“Eeeeeh… ¡Putin!”, la hinchada mexicana busca sustituto a su grito prohibido

Los aficionados se plantean nuevos cánticos tras la amenaza de la FIFA contra una proclama ofensiva en la Copa Confederaciones

Kazan, Rusia. - Los hinchas mexicanos han asumido como suya la misión de que su selección nacional no sea descalificada de la Copa Confederaciones por un grito ofensivo, “Eeeeeh… ¡pu**!”, que la FIFA, organizadora del torneo, considera ofensivo y discriminatorio. En las horas previas al tercer partido de la fase previa, ante la anfitriona, Rusia, los aficionados apodados incondicionales (son varias decenas, viajan con el equipo por todo el mundo, y lideran los cánticos de apoyo) están repartiendo octavillas con el comunicado de la Federación de Mexicana de Fútbol advirtiendo contra esta proclama.
 
¿La sustituirán por otra en el encuentro del sábado (retransmitido por Telemundo) en Moscú? Cuando la FIFA amenazó el 14 de junio con sancionar a la selección que entonara cánticos ofensivos, la hinchada mexicana se planteó blanquear su proclama convirtiéndola en “Eeeeeh… ¡México!”. No lo hizo en los dos primeros partidos, y entre tanto han surgido otras sugerencias espontáneas de aficionados, que tampoco nadie ha secundado hasta el momento. Entre ellas, por ejemplo, “Eeeeeh… ¡Putin!”, en referencia al presidente ruso, Vladimir Putin.
 
Un insulto a los homosexuales
 
El grito original se popularizó a principios de la pasada década como un insulto contra el portero Oswaldo Sánchez proferido por la hinchada del Atlas, airada porque hubiera fichado por el equipo rival en el estado de Guadalajara, el Chivas. Es por ello que se entona cuando el guardameta de turno va a golpear el balón.
 
“Pu**” es una calificación denigratoria, que según la Real Academia Española, hace referencia a un prostituto, pero que en México se utiliza además con afán insultante contra los homosexuales. Como en tantas ocasiones, el colectivo insultado ha hecho suyo el insulto, y existe cierta división en la comunidad LGTB sobre el alcance de esa palabra como insulto.
 
“Yo creo que no es peyorativo, entre nosotros también nos llamamos pu***, pero sí hay gente que se siente agredida”, explica Aldo Leal, representante del Lobos Mexicanos. Este club, que cuenta con 1.500 socios en Ciudad de México, Queretaro, Puebla y Acapulco, se creó hace ocho años para combatir la homofobia en el deporte. “Hay que romper el estigma de que el fútbol es un deporte de machos sólo para hombres en extremo duros”, indica Leal en conversación telefónica con Noticias Telemundo.


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Una maldición indígena para que falle el portero
 
La polémica se tornó global en junio de 2014, cuando la afición mexicana entonó el grito durante el partido contra Camerún en la Copa del Mundo. Apenas días después, los hinchas brasileños copiaban el cántico precisamente en contra de sus muñidores. La FIFA se planteó entonces sancionar al equipo mexicano (no llegó a hacerlo), mientas el entonces seleccionador nacional, Miguel Herrera, El Piojo, bromeaba con el origen del cántico, aduciendo “que viene de la palabra náhuatl putotzin, que quiere decir que despeje mal el portero”. 
 
La asociación Football Against Racism en Europe (FARE Network) incluyó este cántico entre los gritos discriminatorios e insultantes, y presionó a la FIFA para que tomara medidas. Desde entonces, la Federación Mexicana de Fútbol ha sido multada en diversas ocasiones, pero ni las sanciones económicas ni las peticiones a la hinchada han servido de nada. La federación llegó a mostrar en los marcadores electrónicos de los estadios el lema: “Cantar pu** no te hace más mexicano, ayúdanos a evitar una sanción, súmate”. Sin resultado.
 
Hasta que, el pasado 14 de junio, antes de la inauguración de la Copa Confederaciones, la FIFA emitió un comunicado advirtiendo que los árbitros tendrán potestad para detener un partido si escuchan cánticos denigrantes; tras dos avisos a la hinchada, a la tercera podrán suspender el partido “si la conducta discriminatoria persiste”. 
 
Sin cánticos en los dos primeros partidos
 
Fue una advertencia sin destinatario expreso, pero la federación mexicana emitió después un comunicado en el que llamaba “a todos los incondicionales” a desterrar su grito de los estadios. “Como sabes, la FIFA se toma con mucha seriedad el canto que hacemos cuando despeja el portero, y las posibles sanciones son graves. De continuar con este comportamiento, de nada servirá el esfuerzo en la cancha si por esto perdemos el juego, si se suspende un partido o si te expulsan del estadio”, señalaba.
 
Esta nota es la que ahora los propios incondicionales están distribuyendo entre el resto de la hinchada mexicana (al primer partido en Kazan acudieron más de 5.000 aficionados), según han explicado a Noticias Telemundo dos de ellos, Santiago Ranlos y Juan Manuel Moreno.
 
La federación mexicana también contactó con otros grupos de seguidores, alguno disfrazado de El Santo, para acabar con el cántico de una vez por todas. Aun así, en el primer partido de la selección, el 18 de junio ante Portugal (2-2), se escuchó el grito. Fue entonces cuando la FIFA dirigió su advertencia directamente contra la federación mexicana. La hinchada tomó nota, y en el siguiente partido, el 21 de junio ante Nueva Zelanda (2-1), ya no se oyeron las proclamas ofensivas. 
 
El próximo asalto se juega este sábado a las 11.00 (hora de la Costa Este en Estados Unidos). Queda por ver si se mantendrá el silencio del encuentro anterior o se escuchará un grito alternativo: ¿Eeeeeh, México? ¿Eeeeeh Putin? En pocas horas, en su televisor, en Telemundo.


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