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Por miedo a la deportación más inmigrantes deciden no usar cupones de alimentos

Así tengan hijos ciudadanos, muchos padres optan por no reclamar los cupones por el miedo a la deportación.

La represión a la inmigración indocumentada del gobierno del presidente Donald Trump ha llevado a muchas personas sin recursos a tomar un paso drástico: no optar por la ayuda alimentaria federal porque temen la deportación, dicen activistas e inmigrantes.

Las personas que no son residentes legales de Estados Unidos no son elegibles para tomar parte en lo que se conoce formalmente como el Programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria.

Pero muchas familias pobres incluyen una mezcla de residentes indocumentados y con papeles, como los niños que tienen ciudadanía porque nacieron en los Estados Unidos. En esos casos, a menudo es un adulto que no es residente legal quien presenta la solicitud.

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Ahora, algunos sienten que es demasiado peligroso bajo el gobierno de un presidente que ha hecho de la aplicación de las leyes migratorias una prioridad. A lo largo de Estados Unidos hay relatos de personas que se resisten a los esfuerzos de organizaciones sin fines de lucro para inscribirlas en los programas de cupones de alimentos, dejando que los beneficios se extingan o se retiren del programa debido al riesgo percibido.

"No quieren poner su nombre y dirección en un formulario para un beneficio público del gobierno por miedo a que se les busque y se les pida que se vayan", dijo Teresa Smith, directora ejecutiva de Catholic Charities de Orange County, California.

El programa de cupones para alimentos ofrece pagos mensuales, de alrededor de 125 dólares por miembro elegible del hogar para que las familias pobres puedan comprar alimentos básicos esenciales. Dejar de aprovecharlas puede ser una decisión extrema, dicen los defensores.

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"Esto significa menos comida en la mesa, menos comidas en las casas donde los niños tienen derechos porque son ciudadanos estadounidenses", dijo Andrew Hammond, abogado del National Center on Poverty Law en Chicago, Sargent Shriver.

No es posible determinar la magnitud del fenómeno. El número de receptores de cupones para alimentos ha disminuido a medida que Estados Unidos se recupera de la Gran Recesión y la gente podría haberlo abandonado por varias razones.

Una mexicana indocumentada de 52 años entrevistada en la ciudad de Nueva York, dijo a The Associated Press que en enero decidió dejar un beneficio que estaba apoyando a su hija adolescente, quien es ciudadana estadounidense. Dijo que estaba asustada de estar en el sistema de cupones de alimentos el cual requiere que los solicitantes para declaren su estatus migratorio.

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"Me habían dicho que no había problema en solicitar cupones de comida. Pero por el momento no quiero arriesgarme ", dijo la mujer, quien habló bajo condición de anonimato debido a su estatus migratorio y fue presentada a AP a través de la Coalición Mexicana del Sur Bronx, una organización que ayuda a los inmigrantes.

"Lo necesito pero tengo tranquilidad porque mi caso está cerrado", dijo la mujer, que gana 8,50 dólares por hora limpiando casas y vive en un pequeño apartamento en el bajo Manhattan.

Una inmigrante hondureña y madre soltera con un hijo en Silver Spring, Maryland, decidió no renovar los cupones de alimentos que recibió cuando expiraron en enero.

"Tememos la deportación", dijo la inmigrante de 29 años, quien también habló bajo condición de anonimato y fue presentado a AP a través de una organización sin fines de lucro local. Ella normalmente gana alrededor de 350 dólares por semana contestando teléfonos en una agencia de viajes, pero ha estado trabajando horas extra en limpieza de casas para compensar la pérdida de alrededor de 150 dólares por mes en cupones de alimentos.

Mark Krikorian, conocido defensor de la reducción de la inmigración a Estados Unidos, dijo que su situación refleja el hecho de que muchas personas que llegan al país carecen de las habilidades necesarias para ganar suficiente dinero aquí. "Es un intento de chantaje moral decir 'Si los estadounidenses no me dan su dinero, no puedo quedarme aquí y alimentar a mis hijos'", dijo.

Alrededor de 3,9 millones de ciudadanos que viven con padres no ciudadanos recibieron cupones de alimentos en el año fiscal 2015, los datos disponibles más recientes, según el Departamento de Agricultura, que administra el programa de cupones de alimentos.

El Departamento de Agricultura dice que un porcentaje menor de no ciudadanos que califican para el programa conocido como SNAP han utilizado históricamente el beneficio que los ciudadanos debido a una percepción incorrecta de que podría afectar su estatus migratorio o perjudicar sus posibilidades de convertirse en un ciudadano de los EEUU.

"Es importante que los no ciudadanos sepan que no serán deportados, se les denegará la entrada al país o se les negará el estatus permanente porque solicitan o reciben beneficios del SNAP", dice la agencia en su sitio web.

Todo esto se debería a los temores a causa del fortalecimiento de las medidas de inmigración.

La Policía de Inmigración y Aduanas detuvo a casi el 40 por ciento más de personas sospechosas de estar en el país de manera indocumentada en los primeros 100 días del gobierno Trump, en comparación con el mismo período del año anterior. La agencia dijo que casi el 75 por ciento de ellos habían sido condenados por delitos, pero las "detenciones no criminales" aumentaron en más del 150 por ciento.

Los defensores de los inmigrantes ven la aversión a los cupones de alimentos como un reflejo de un clima de miedo que llevara a la gente a permanecer en las sombras.