hace 16 años, lupita y carmen andrade solís se impusieron y le demostraron a la ciencia que no vivirían solo tres días, como los doctores les habían advertido a sus padres.
se impusieron y ahora son dos adolescentes pegadas por el torso que intentan hacer una vida común.
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ahora estas hermanitas mexicanas que han desafiado a la naturaleza tienen que hacerle frente a un nuevo miedo: que la política migratoria de donald trump llegue a un punto tan lamentable como para expulsarlas, a ellas, a sus padres y a su hermana mayor, de vuelta a su veracruz natal.
si nos regimos por la severidad con la que el departamento de inmigración y aduanas (ice por sus siglas en inglés) está aplicando las directivas de la nueva administración, en cualquier momento esta familia radicada en new milford desde hace más de una década puede ver cómo tocan a su puerta para reclamarle tener un estatus más sólido, más allá del simple permiso de trabajo del padre, víctor andrade, y de la visa médica con la que las siamesas entraron a estados unidos.
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según un reporte de the hartford courant, desde que trump implementó una nueva política migratoria, estas niñas unidas por sus paredes torácicas, con dos brazos cada una, pero solo un par de piernas, se han sumado al coro de los dreamers, esos jóvenes traídos a estados unidos por sus padres cuando todavía eran muy pequeños, que hasta ahora se benefician del programa daca para ayuda a la educación.
las hermanas son activistas de connecticut students for a dream (c4d), un grupo que apoya el acceso a la educación superior para todos los estudiantes, independientemente de su estatus migratorio.
recientemente participaron en una otros protestando contra la decisión del tribunal supremo estadounidense de bloquear el plan de inmigración del presidente obama para proteger a millones de inmigrantes indocumentados de la deportación y darles el derecho a trabajar legalmente.
las hermanas andrade no solo quieren seguir viviendo en este país, sino que aspiran a acceder a la universidad con la ayuda que hasta ahora reciben estudiantes como ellas, que no tienen un estatus migratorio estable.
su caso es único, pues se trata de unas gemelas onfalópagas: carmen posee su propio corazón, sus dos brazos, dos pulmones y un estómago, como mismo le ocurre a su hermana.
el problema empieza a partir de la pelvis, pues comparten costillas, hígado, y un mismo sistema circulatorio, digestivo y reproductivo.
conscientes de que no pueden ser separadas pues la operación implicaría un enorme peligro para una de las dos, lupita y carmen andrade sueñan con estudiar veterinaria o ganadería, para lo cual ya tienen su lista de centros de estudio, entre los que están el unity college, de maine y el suny de cobleskill.
claro, ahora tienen una gran preocupación: que ice no toque a sus puertas y las ponga de vuelta en el país donde nacieron, pero al cual nunca han regresado.
aun así, las siamesas de new milford no bajan los brazos.
"vamos a vivir la vida, y eso es todo", asegura lupita.
para el apoyo emocional se tienen una a la otra, y así piensan lograr lo que se proponen en la vida.