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¿Es bueno o no tomar siestas?

En un país en donde 8% de la población sufre de somnolencia excesiva diurna la práctica es recomendable

* En un país en donde 8% de la población sufre de somnolencia excesiva diurna la práctica es recomendable

*La discusión sobre si tomar o no una siesta durante el día es benéfico o perjudicial para la salud no es nueva.

Ciudad de México, México. - Frecuentemente en redes sociales se comparten videos en donde se invita a los usuarios a tomar siestas para mejorar su desempeño. También se hacen publicaciones en donde se asegura que tomar un descanso a la mitad del día puede resultar contraproducente contra la salud. Entonces ¿cuál es la conclusión? ¿Es bueno o malo?

El doctor Ulises Jiménez, responsable de la Clínica de Trastornos del sueño en la Facultad de medicina de la UNAM, señala que únicamente se tienen que tomar en cuenta la dosis y el horario. “Tomar una siesta es muy benéfico”, comenta en entrevista Jiménez. “Estos breves descansos nos permiten reponer nuestras funciones mentales superiores, mejorar los niveles de alerta y además nos permiten sentirnos vitales. Esto es indispensable para dos cuestiones en particular: ser más productivo en el horario vespertino y evitar accidentes”.

Jiménez señala que hay dos síntomas que indican que se sufre de un trastorno del sueño: el insomnio y la somnolencia excesiva diurna. “El insomnio y sus variantes son los principales motivos de consulta, pero la somnolencia durante el día también es muy común”, indica. Esta sensación de sueño es un síntoma principal de la narcolepsia (accesos de somnolencia irresistible) y afecta la calidad de vida, pues genera falta de atención y la disminución del rendimiento. Según datos de la Clínica de Trastornos del sueño, en México cerca del 8% de la población experimenta este problema.

De acuerdo con la Asociación de Psicología Americana, además de mejorar el humor, otros beneficios que se obtienen de echarse una pestañita, son mejoras en el tiempo de reacción, la lógica y el reconocimiento de símbolos. La Universidad de Michigan también ha realizado estudios que confirman que la memoria y el aprendizaje también se ven positivamente afectados cuando se toman siestas. “Incluso un breve momento de sueño ayuda reforzar lo aprendido”, dice el estudio.

Sara Mednick, doctora en psicología de la Universidad de California, estableció en su investigación Behavioural Brain Research que una siesta por la tarda equivale a una dosis de cafeína cuando se busca mejorar el aprendizaje. El experimento señala que mientras la cafeína mejora el estado de alerta y la atención, la siesta tiene el mismo efecto y además agudizan tu capacidad de memoria.

Nada con exceso, todo con medida… hasta las siestas

“El sueño es una necesidad. Es igual que comer, si abusas de la comida y comes muy tarde no vamos a tener ganas de cenar”, indica Jiménez. “Una siesta breve y temprano no tiene problema, pero una siesta de media hora o una hora que te hace entrar en un sueño profundo es contraproducente si no se hace temprano. En la noche no puedes dormir, te levantas con sueño y provocas un círculo vicioso”.

Lo ideal, según Jiménez, es tomar una siesta de unos 15 o 20 minutos, 5 o 6 horas antes del horario de dormir. En caso de que el individuo trabaje turnos nocturnos entonces lo ideal tomar siestas de 1 o 2 horas un par de horas antes de entrar a trabajar para poder recuperarse de la jornada laboral. “Estas personas duermen en horarios en los que el ruido y la luz no permiten un reposo total, por lo que no descansan del todo. En estos casos sí es recomendable alargar la siesta para mejorar su productividad”.

Algunos estudios como el de Janna Manuta y Rebecca M.C. Spencer, establecen que el exceso de sueño y las siestas durante el día están asociadas con niveles altos de proteína C-reactiva. Esto es un indicio de una inflamación sistémica, el cual está relacionado con algunas enfermedades como cáncer, diabetes, depresión y enfermedades del corazón. Sin embargo, la organización señala que es necesario hacer más investigaciones para entender los patrones del sueño durante el día y durante la noche.

Jiménez apunta: “En México, tomar siestas depende mucho de la comunidad en donde vivimos. En poblaciones pequeñas tomarse esos breves descansos es muy común y es sencillo porque todo les queda cerca y pueden moverse sin problemas”, dice. “En ciudades grandes tomar una siesta es un lujo. Las distancias, la dinámica de vida y los horarios no lo facilitan, pero es importarse darse el tiempo. El carro, el estacionamiento o la sombra de un árbol. Hay que buscar el lugar y el momento, pero es importante hacerlo”.