- Se destinaron más de 500 millones para la remodelación del estadio de cara al Mundial 2014 y Río 2016
- El futuro de uno de los mayores símbolos del fútbol mundial, en el limbo
Miami, FL- El estadio de Maracaná, todo un emblema del fútbol brasileño y mundial, ha sido abandonado a su suerte sólo cinco meses después de la celebración de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
El problema radica en que el administrador del estadio, la constructora Odebrecht, y el gobierno local no se ponen de acuerdo en quién deben hacerse cargo de la gestión del estadio. Para su remodelación de cara al Mundial de 2014 y los Juegos de Río 2016 se destinaron más de 500 millones de dólares.
Maracaná, construido para el Mundial de 1950, fue el escenario de la final del Mundial de 2014 y de las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos de Río, en agosto de 2016.
Ante el limbo en el que se encuentra el estadio por la disputa abierta, las instalaciones están siendo saqueadas y la hierba del estadio se está secando debido a los estragos del verano.
Más de 6.000 asientos han sido removidos y las pantallas de televisión y otros equipos tecnológicos han desaparecido, así como el busto de cobre de Mario Filho, nombre del periodista que rebautizó al Maracaná, de acuerdo a una investigación policial abierta de la que dan cuenta medios locales.
La imagen que muestra actualmente uno de los símbolos más representativos del fútbol mundial dista mucho de la que presumía hace solo unos meses durante la celebración de los Juegos de Río 2016.