a josette duran, una madre hispana de nuevo méxico, le llamó la atención que el director de la escuela de su hijo la llamara para una reunión en su oficina. ¿habría pasado algo con su hijo? ¿acaso alguna indisciplina?
la razón del encuentro con el directivo la supo en apenas unos segundos.
durante ya dos meses, desde que empezó este curso, durán le había preparado dos almuerzos para que su hijo los llevara al colegio. ¿por qué?
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cuando las clases comenzaron, su hijo había llegado un día a casa y le había pedido que le preparara dos almuerzos, uno para él y otro para “un niño que se sienta solo en la cafetería y que tiene muy poco que comer, tan solo un pequeño vaso de fruta”.
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desde entonces josette duran había cumplido con el pedido del menor. pero ahora, frente a frente con el director del colegio, esta madre soltera caía en la cuenta de la envergadura de su acto.
cuando entró en el despacho, conoció a otra mujer. era la madre del niño que ella y su hijo habían ayudado durante un buen tiempo. emocionada, agradecida, aquella otra madre intentó pagarle algún dinero por el alimento consumido; no mucho, pues en realidad ella no podía pagar mucho, pero insistía en que tomara algo.
“yo sé que no es mucho, pero sé que has estado alimentando a mi hijo y te lo quiero agradecer”, insistió la madre del niño necesitado.
josette duran no quiso, por principios y porque sólo ahí tuvo conocimiento de la triste historia de esta otra mujer, madre soltera también, que había perdido su empleo y que la estaba pasando muy mal.
las dos mujeres se abrazaron. josette recordó que no hacía mucho tiempo ella y su pequeño habían pasado por un duro momento.
“hace algunos años mi hijo y yo nos quedamos sin nuestro hogar y tuvimos que vivir en mi auto”, confesó en lágrimas en un video que se ha vuelto viral en la red de redes.
desamparada, en aquel entonces duran se había visto obligada a bañar a su hijito “en baños públicos”.
cuando esta escena trascendió, una colecta de 400 dólares fue organizada por los integrantes de un equipo de voleibol que ella entrena. pero la mujer tampoco lo tomó para sí.
“tomamos ese dinero y lo donamos a la cafetería de la escuela para que todas las cuentas de los niños necesitados estuvieran en regla”, aseguró. “ahora nadie en la escuela tiene cuentas pendientes con la cafetería y todos los niños tienen acceso a la comida”.
por último, el niño que ella y su hijo habían ayudado se dirigió a josette con la honestidad que caracteriza a los niños:
“usted tiene un hijo bueno y ahora él se ha convertido en mi mejor amigo”, le declaró el pequeño.