Parece mentira, pero el último descubrimiento con relación a los molestos cálculos renales que tanto nos hacen sufrir no tiene que ver con rayos láser ni con sofisticados tratamientos ultramodernos.
Bastaría, todo parece indicar, con subirnos a uno de los vagones de una montaña rusa y dejarnos llevar por esos caminos de crisis nerviosas, movimientos bruscos del cuerpo y alaridos que hacen reír a quienes nos observan desde abajo.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan ha llegado a la conclusión de la utilidad de las vibraciones y los giros a gran velocidad de una montaña rusa para la eliminación de las piedras renales que aquejan a muchas personas.
Tener ‘piedras en el riñón’ es uno de los padecimientos más antiguos de los que da cuenta la historia de la medicina. Esto se produce cuando la cristalización de las sales minerales de la orina genera unas masas sólidas que, cuando alcanzan cierto tamaño, tienden a quedar bloqueadas en los riñones o en el tracto urinario.
En nuestros días, se sabe que un 11% de los hombres y un 6% de las mujeres acaba padeciendo cálculos renales en algún momento de su vida.
La base de este experimento fue sencilla: dos doctores subieron a la atracción Big Thunder Mountain Railroad, en uno de los parques de la ciudad Orlando, y entre ellos colocaron en un dispositivo un riñón artificial de silicona plagado de cálculos renales similares a los humanos.
Pues resulta que tras nada menos que veinte viajes, los investigadores cayeron en la cuenta de que esta actividad física había contribuido a que los cálculos se fueran desprendiendo de sus estructuras y se encaminaran hacia el uréter.
La teoría se corroboró cuando pusieron al riñón a realizar otros 200 viajes, siempre variando el asiento en el que lo colocaron –delante, en el medio o al final de la caravana-, y con la necesaria anuencia de las autoridades del parque, a quienes les agradecen por su colaboración.
De acuerdo con un resumen publicado en la revista “The Journal of the American Osteopathic Association”, para una mayor efectividad de este curioso tratamiento, lo mejor sería que el paciente se colocara en la parte trasera de la caravana de carritos, donde se presenta un promedio de efectividad del 63.89%.
En caso de quienes se sientan en la parte delantera, el porcentaje de éxito es tan solo del 16.67%.
Según el Dr. David Wartinger, profesor emérito en medicina osteopática de la Universidad de Michigan, sus primeras sospechas empezaron cuando una parte considerable de sus pacientes que contaron que las piedras que importunaban sus riñones habían retomado su camino a través de la uretra hacia la vejiga después de que ellos se enrolaran en la excitante pero intensa atracción Big Thunder del Walt Disney World.
Es decir, tras tanto miedo, sus padecimientos habían mermado, y eso sin ningún trance doloroso.
“Los resultados demuestran la evidencia anecdótica de que una montaña rusa de moderada intensidad puede beneficiar a algunos pacientes con pequeñas piedras en el riñón”, ha declarado Wartinger.
La terapia de la montaña rusa puede llegar a ser un buen tratamiento preventivo para las personas con alto riesgo de desarrollar obstrucción por piedras en el riñón.
“Varias personas en Estados Unidos probablemente viven a un par de horas de un parque de diversiones con montañas rusas que tengan esta capacidad de expulsar cálculos renales”, escribió Wartinger, junto al Dr. Marc A. Mitchell, de Washington.
Los especialistas sugirieron que los pacientes que hayan tenido piedras de riñón en el pasado, así como las mujeres que han tenido este padecimiento y que tienen planes de embarazarse, deberían considerar subirse a una de estas atracciones como método para deshacerse de estas pequeñas piedras, antes de que sigan creciendo.
Mientras, las personas que ya han pasado por un tratamiento médico para remover sus cálculos deberían considerar también esta posibilidad si quieren que sus riñones queden limpios con un 100% de efectividad.
Así que no estaría mal que, en vez de esperar a los dolores y a pasar una madrugada en Urgencias, usted se dé un salto por un parque de atracciones donde aliviar los males que aquejan a sus riñones.