La historia de Charlie Bear, un labrador negro de 15 años al borde de la muerte, descubre una rara voluntad de sobrevivencia que más parece fruto de sentimientos humanos que del reino animal.
Diagnosticado con un tumor cerebral y a punto de ser puesto a dormir para evitarle el sufrimiento de frecuentes convulsiones, Charlie Bear sacó las fuerzas suficientes para reponerse y asistir a la boda de su dueña, Kelly O'Connell, quien lo rescató de un refugio de perros abandonados cuando apenas tenía 12 semanas, según el relato del sitio BuzzFeed News.
Una semana antes de la boda de Connell con el veterinario James Garvin, el labrador tuvo cinco convulsiones y la pareja hizo arreglos para ponerlo a dormir. Pero durante los días previos a la ceremonia Charlie Bear pareció un perro recuperado, sin convulsiones ni problemas para caminar, como si presintiera el momento de la felicidad consumada.
"Parecía un perro completamente joven", dijo O'Connell. quien pensó entonces que el Charlie Bear podía llegar a la fecha de la boda, fijada para el 1 de septiembre.
"Sólo pensé, yo quiero que vea esto", dijo la novia.
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O'Connell y Garvin se casaron finalmente con Charlie Bear y otro de los cinco perros de la familia a su lado. Los novios se conocieron en 2010 y poco después comenzaron una vida "en familia" junto con dos hijos de él y el labrador.
O'Connell dijo que rompió inmediatamente en llanto cuando vio que Charlie Bear sacó fuerzas para caminar por el pasillo hacia la pareja nupcial
"James y yo nos agarramos a él diciéndole: 'Lo hiciste, amigo, lo hiciste", contó ella.
El esfuerzo agotó al animal, de 80 libras, que quedó sin aliento para retornar por el pasillo. Pero Katie Lloyd, dama de honor y la hermana de O'Connell, cargó a Charlie Bear y lo llevó de vuelta en sus brazos.
Fue entonces un momento de emoción colectiva. La fotógrafa Jennifer Dziuvenis dijo a BuzzFeed News que "todo el mundo empezó a llorar" cuando vio a Charlie Bear en brazos de la joven que lo cargaba.
"Creo que estaba muy feliz de estar allí", comentó Dziuvenis. "Quiero decir, obviamente, que no entendía lo que estaba pasando, pero esta era su familia".
O’Connell repasa las fotos de ese día y cree ver felicidad en el rostro de Charlie Bear.
"Está literalmente sonriendo", comentó ella. "Él no estaba sufriendo... Su cuerpo le estaba fallando, pero estaba contento".
Charlie Bear fue puesto a dormir una semana después de la boda, el 9 de septiembre. Cerró los ojos acostado delante de la chimenea de su casa y rodeado de la familia.
O'Connell asegura que haber tenido a Charlie Bear en su boda y tener las fotos de ese día para recordarlo, "es lo máximo".
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