En este Día Mundial sin Tabaco, decídete y dile adiós al cigarrillo. Lo primero es tener determinación y un buen ánimo.
1. Una actitud positiva es fundamental. Dejar de fumar se hace un día a la vez. Es un proceso de aprendizaje. El malestar no es eterno: a medida que pasen las semanas, sentirás menos deseo y más seguridad.
2. Mantente ocupado. Es una de las mejores formas de no fumar: hacer ejercicio, ir a cenar, salir de casa, ir al cine. Suena simple, pero el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los EEUU (CDC) señala que es una forma efectiva para evitar el antojo.
3. Debes premiarte por tus logros. En cada meta que alcances ten planificada una lista de recompensas: una cena, salidas, compras... Dejar de fumar es difícil y se hace minuto a minuto, un día a la vez, por eso debes sentirte orgulloso de tus avances.
4. Decide una fecha para comenzar a dejar de fumar. Marcar una fecha en tu calendario dentro de las dos semanas siguientes te dará tiempo para prepararte psicológicamente, recomienda la CDC.
5. Avisa a tu familia y a tus amigos. Diles que necesitas que te apoyen y de qué manera pueden hacerlo: si fuman, explícales que te perjudican. Pídeles que bajo ningún concepto te permitan encender un cigarrillo, y que tengan algo de paciencia si tienes cambios de humor.
6. Haz una lista con todas las razones que tienes para dejar el tabaco: quieres una mejor calidad de vida, cuidar tus pulmones, dejar de oler a cigarro, ahorrar dinero... escribe todo en una hoja y ponlo en un lugar en donde siempre lo veas.
7. Dejar de fumar es más difícil en las primeras semanas. Podrías sentir ansiedad, antojos repentinos, depresión... ¡prepárate! Es importante que no te tomen por sorpresa, dice el Departamento de Salud y Servicios Sociales de los EEUU (HHS).
8. Si sientes que necesitas algo para lidiar con la adicción, los medicamentos y suplementos como los parches, chicles o caramelos de nicotina podrían ayudarte al comenzar, señala la CDC. Debes consultar a tu médico para saber cuál es la mejor opción para ti.
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9. Una vez que has fumado tu último cigarrillo, limpia toda tu casa. Lava las cortinas, los tapices y las alfombras. Hazlo también con tu auto y pasa por la lavadora toda tu ropa. Perfuma tu hogar y tu automóvil. Libérate a ti y a tu familia del olor a humo y tabaco.
10. Elimina todo lo que te recuerde al cigarrillo de tu casa. Cajetillas, fósforos, encendedores, ceniceros. Todos esos objetos te pueden despertar ganas de fumar y antojos. ¡Deshazte de ellos!
11. Es muy importante que conozcas cuáles son los desencadenantes que te conducen a fumar. A veces pueden ser ciertas personas, lugares o actividades que te provocan deseo de fumar. Identifícalos e intenta evitarlos.
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12. ¡Cuidado con los antojos de fumar! Son urgencias más bien breves. Suelen durar algunos minutos, pero muy agudas. Planifica qué hacer en esos momentos. Ten una lista de actividades cortas para realizar, como tomar un baño o salir a caminar.
13. Evita el uso otros productos similares como cigarrillos electrónicos, puros, pipas o pipas de agua, recomienda la División de Investigación para el Control del Tabaco del Instituto Nacional del Cáncer de EEUU (NCI).
14. Nunca bajes la guardia. No importa si hace días, semanas o meses dejaste el cigarrillo. Si te relajas y piensas que ya tienes el control sobre la adicción, podrías volver a lugares o situaciones que te generaban fuertes deseos de fumar. ¡Ojo!
15. ¿Y qué pasa si tienes un desliz? Sin duda es algo negativo, pero no significa que hayas fracasado. No te permitas fumar nuevamente por el hecho de haber tropezado. Piensa en qué desencadenó el deseo, lidia con ello y regresa a tu plan. ¡Sí puedes dejar de fumar!