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Violencia y asesinatos en Acapulco imparables

Acapulco dejó de ser famosa por sus playas. Los asesinatos la han convertido en una de las ciudades más peligrosas de México.

El recrudecimiento de la violencia y asesinatos ha convertido a Acapulco en una de las ciudades más peligrosas de México. El crimen poco a poco ha ahuyentado al turismo y ha afectado seriamente a sus residentes y comercios locales. Incluso, el gobierno de los Estados Unidos recomienda evitar esa ciudad bajo cualquier circunstancia.

La muerte es algo común en cada esquina de Acapulco y que parece incrementar día con día. Se han presentado asesinatos en las playas, en establecimientos comerciales, en las calles y varias zonas de la ciudad, que en momentos parece un pueblo fantasma por el temor de las personas.

Los ejemplos no se detienen. En los barrios pobres que rodean la ciudad se han encontrado cadáveres desmembrados junto a letreros escritos a mano y firmados por bandas relacionadas con el narcotráfico.

Como respuesta a la ola de asesinatos, el gobierno ha distribuido policías y soldados fuertemente armados a lo largo de todo el boulevard costero y en otras zonas de la ciudad.

(RELACIONADO: Ola de muertes relacionada con narcotráfico afecta a Acapulco)

Acapulco es hoy una prueba de alto perfil para la estrategia de seguridad que el gobierno mexicano ya ha utilizado en otros lugares: cuando aumentan los asesinatos, el área se llena de tropas armadas.

Actualmente, es más fácil cruzarse con un camión cargado de soldados, un policía federal o un grupo de policías locales que con un taxi en la avenida Costera Miguel Alemán, que es el principal boulevard frente a la zona hotelera.

También es común encontrarse con marinos del ejército patrullando las playas, mientras que miembros de la policía federal se encargan de vigilar los muelles.

“Esta área ha sido hecha a prueba de balas”, le aseguró a AP el fiscal del estado de Guerrero, Xavier Olea.

Sin embargo, la violencia continua. Los disparos, persecuciones y asesinatos siguen siendo algo común.

La nueva moda en Acapulco parecerían ser las sobaqueras, que son los estuches donde los delincuentes portan sus armas.

“En la Costera hay unos 300 sicarios. Un asesino decente gana unos 5 mil pesos (275 dólares) por semana”, señaló a Associated Press (AP) una fuente del mundo delictivo que prefirió no revelar su identidad.

(RELACIONADO: La población de Acapulco extrema las medidas de seguridad)

Los expertos aseguran que Acapulco es una muestra de las limitaciones del gobierno local, estatal y federal en materia de seguridad.

Como casi ninguno de los policías federales es originario de la ciudad, no están familiarizados con los barrios pobres de las colinas. Además, su armamento no es el indicado para realizar persecuciones en ciudades.

Incluso, hace unos días, hombres fueron heridos muy cerca de Caleta, una playa popular. Cuando llegó la policía, familiares y amigos de los atacados prefirieron llevarlos ellos mismos al hospital, ante la falta de confianza que existe hacia las autoridades.

Esta última oleada de asesinatos comenzó el 24 de abril, cuando hubo tiroteos a lo largo de la avenida Costera. Fue la primera vez que se vieron tiroteos de esa magnitud desde 2012.