IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Opinión: Peña Nieto anuncia cambios en su gabinete, no toca sin embargo a los dos secretarios más poderosos

Al anunciar los cambios, el mandatario señaló que lo hace ”para hacer frente a las nuevas circunstancias y desafíos” que enfrenta México

A casi tres años de haber llegado al poder y con la popularidad a la baja, el Presidente de México Enrique Peña Nieto anunció varios cambios en su gabinete los que sin embargo no incluyen a los dos más poderosos secretarios de estado. Tanto el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, como el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, considerados por muchos como una especie de vicepresidentes debido a su influencia y cercanía con el mandatario, seguirán en sus puestos. Al anunciar los cambios, el mandatario mexicano señaló que lo hacía ”para hacer frente a las nuevas circunstancias y desafíos” que México tiene como país. Y que todo había que entenderlo en el contexto de la “transformación” de México. Tanto Osorio Chong como Videgaray son considerados –o al menos lo eran hasta hace unos meses- como futuros “presidenciables”, es decir figuras políticas de alto peso que el mandatario tenía la intención de promover como posibles candidatos del gobernante PRI en la elección de 2018. Ambos funcionarios sin embargo, se han visto debilitados, el primero debido a la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y el segundo, por el mediocre desempeño de la economía mexicana. En círculos políticos mexicanos se hablaba que una verdadera reestructuración del gabinete de Peña Nieto pasaba por sustituir a los dos o al menos uno de sus influyentes secretarios. Con todo, aun con la casi seguridad de que no se tocaría ni a Osorio Chong ni a Videgaray, había gran expectativa por los cambios que anunciaría Peña Nieto debido a que en momentos en que se llega casi a la mitad de sus seis años de gobierno, crecen las críticas a su administración y baja su popularidad. Además de lo de “El Chapo” Guzmán, del bajo crecimiento de la economía mexicana y de la continua crisis de seguridad que vive mucha de la población, el gobierno de Peña Nieto ha debido afrontar dos crisis que explotaron en el último año y que han permeado el día a día de su gobierno. Por un lado, el escándalo sobre la llamada “casa blanca”, la residencia privada del mandatario y su familia vendida a la esposa del presidente por un contratista que había recibido millonarios contratos de construcción del gobierno. Y por el otro, la desaparición de 43 estudiantes en el estado de Guerrero –conocido como el caso de Ayotzinapa. No es de casualidad entonces que en una encuesta hecha pública hoy mismo del Pew Research Center, resulte que la popularidad de Peña Nieto es de sólo el 44%. El mandatario obtiene bajos ratings de aprobación en áreas como la educación (43%), la lucha contra el narcotráfico (35%), la economía (30%) y el combate a la corrupción (27%). La misma encuesta revela que únicamente el 27% de los mexicanos señalan estar satisfechos con la dirección que lleva el país, el más bajo punto desde 2011, según el Pew Center. Las mujeres en particular son las más insatisfechas con el gobierno de Peña Nieto: tres de cada cuatro expresan esta insatisfacción. Muchas de las críticas contra Peña Nieto han ido en el sentido de que aun con estas encuestas que señalan su baja en la popularidad y el enojo o insatisfacción de mucha de la población con lo hecho por el gobierno, el mandatario no parecía mostrar urgencia por hacer cambios en el gabinete. El que la próxima semana sea la fecha de su tercer informe de gobierno dio al parecer el motivo ideal para anunciar los cambios. Entre las pocas sorpresas entre estos cambios es el nombramiento de un nuevo secretario de Relaciones Exteriores o Canciller, en este caso una mujer, Claudia Ruiz Massieu quien era secretaria de Turismo. Ruiz Massieu es hija de Jose Francisco Ruiz Massieu, un prominente político priísta que fue asesinado en 1994. La funcionaria es también sobrina del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Igualmente sorprende, el nombramiento de Aurelio Nuño como nuevo titular de la Secretaría de Educación. Nuño es también del círculo muy cercano a Peña Nieto, casi en la misma categoría de Osorio Chong y Videgaray, sólo que más joven y con menos experiencia política (era el jefe de la Oficina de la Presidencia). El cargo en la Secretaría de Educación es potencialmente dinamita ya que hay que lidiar con los maestros disidentes en lugares como Oaxaca, Guerrero y Michoacán. Sin embargo, es también una oportunidad de adquirir experiencia y ganar “muñeca política” y de ahí potenciarse como otra de las posibles alternativas para la sucesión presidencial. “Sólo ha sido un reacomodo entre los hombres y las mujeres del poder, un cambio de fichas en la mesa de domino”, señaló el senador Miguel Barbosa, del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD). “No veo cuál es la estrategia detrás de estos cambios. No se tocó a los dos pilares del ejercicio del poder federal (Osorio Chong y Videgaray)”. Alguien que no era secretario de Estado pero que tenía un puesto importante era el comisionado nacional de Seguridad Alejandro Monte Rubido, quien fue reemplazado por el abogado Renato Sales. La salida de Monte Rubido tiene que ver con la fuga de “El Chapo” Guzmán ya que el era uno de los responsables de la seguridad en los penales –incluyendo el de Almoloya de donde escapó el famoso narcotraficante. Monte Rubido sería el primero que paga un costo político por la fuga de El Chapo. Su jefe inmediato sin embargo, el secretario de Gobernación, no sólo sigue en el cargo sino que estuvo a la derecha del mandatario cuando este anunció los cambios en el gabinete. Simple detalle si se quiere, pero de gran simbolismo señalando quizá que lo de El Chapo no cortará más cabezas de alto nivel en el gobierno mexicano.