IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Donald Trump se asegura un lugar en el primer debate republicano

El precandidato va primero en New Hampshire y segundo en Iowa. Parece que no le ha afectado la controversia por sus palabras.

Donald Trump sigue adelante en las encuestas de los votantes republicanos, no obstante sus ataques al senador John McCain y su controversial visita a la frontera la semana pasada. 

Lo que parecía sería una candidatura que se quedaría sin aire pronto y que estaba basada más en la atención que Trump genera por lo polémico -ofensivo para muchos- de sus declaraciones como lo que dijo hace unas semanas sobre los inmigrantes mexicanos, es ahora algo tan real que los republicanos no podrán evitar contar con el magnate y personaje de televisión en el primer debate republicano el próximo mes.

O todavía aun más grave para los republicanos, Trump no descarta que si no lo tratan bien, forme un tercer partido independiente. Si esto llegase a suceder Trump le robaría suficientes votos a los republicanos para frustrar su regreso a la Casa Blanca.

Una de las encuestas que se conocieron el fin de semana fue la de la cadena NBC y la casa de encuestas Marista, en la que Trump sale primero en el estado de New Hampshire con 21% de las preferencias de potenciales votantes republicanos. En segundo lugar esta Jeb Bush con 14% y luego Scott Walker, el gobernador de Wisconsin con 12%. 

Hasta hace unas semanas -antes de lo dicho por Trump en inmigración- nadie literalmente daba un centavo por Trump, ni mucho menos que pudiera estar en primer lugar en las encuestas en un sitio como New Hampshire donde gente como Bush desde hace meses han dedicado dinero y esfuerzos de organización. New Hampshire además, no es tan conservador como Iowa o Carolina del Sur, lugares donde también habrán primarias o “caucus" en el inicio del ciclo electoral de noviembre de 2016.

Lo de Trump confirmaría que sus palabras, por ofensivas que suenen a muchos -bien a los latinos o a gente que respeta a McCain por sus años como prisionero en Vietnam-, han tenido cierta resonancia con una parte de las bases republicanas. Quizá apenas un 20 o 25% de ese electorado duro que vota en las primarias pero suficiente para garantizarle a Trump un lugar en el citado primer debate republicano.

Según las reglas de la cadena Fox, que es la que organiza el debate, solo participarán los diez primeros candidatos según las encuestas de los días previos al evento. La presencia de Trump es importante para él no solo por el hecho mismo de que estará en el podio en un tribuna nacional y con una audiencia de millones, sino porque además tendrá la oportunidad de atacar o poner en situaciones incómodas a sus pares republicanos.

En la misma encuesta de NBC/Marista, Trump aparece en segundo lugar en Iowa (17%), estado donde se dará la primera competencia oficial de la elección presidencial de 2016 -en Iowa es ‘caucus' y no primaria. El resultado no es malo para Trump si se considera que quien está en primer lugar, Walker (19%), es de un estado vecino y que por conocimiento y familiaridad es más cercano a los votantes de Iowa.

Lo de que Trump no descarte formar un tercer partido independiente estuvo de nuevo en el comentario público luego de que el presidente del partido republicano tratara el asunto con guantes blancos, básicamente no queriendo ofender o provocar a Trump. 

“Nuestros candidatos deberían de prometer que no competirán como un candidato de un tercer partido”, señaló Reince Priebus en una aparición en el programa matutino de NBC Today Show. “No veo que eso vaya a pasar”, aseguró el dirigente partidario sobre los prospectos de Trump como candidato independiente en caso de no ganar la candidatura republicana.

Trump por supuesto, no necesita permiso de nadie para decidirse por una candidatura independiente. Normalmente casi nadie lo hace -aunque se pienso en ello- debido a lo costoso y complicado que es en términos de organización (hay que registrarse en cada estado, recolectar dinero para anunciarse, etc.). 

La diferencia con Trump es que tiene mucho dinero para financiar el esfuerzo y por su carácter de figura que va contra el liderazgo o establishment del partido republicano -y en general de los políticos en Washington- tendría en teoría al menos el apoyo de cierta parte del electorado.

La última vez que hubo un candidato independiente -o tercer candidato- de cierto peso en una elección presidencial fue en 2000 con la candidatura del liberal Ralph Nader. Lo que Nader consiguió fue básicamente quitarle cierto número de votos -sólo en la Florida más de 90 mil- al demócrata Al Gore y con ello impedir que ganara fácilmente la presidencia (más allá de la controversia sobre el conteo de votos entre Gore y George W. Bush). Trump podría hacer lo mismo con el eventual candidato republicano.

El primer debate republicano es el jueves de la próxima semana, evento en el cual Trump será uno de los principales focos de atención. Quien lo hubiese dicho hace apenas un par de meses, un candidato que básicamente no tiene propuestas y que basa su popularidad en los ataques a los inmigrantes latinos y en menor medida a los políticos en Washington, marcha primero o segundo en varios de los estados donde se darán las batallas iniciales por la nominación presidencial. Un candidato además, al parecer al cual no le afectan los errores o las barbaridades que diga.