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El papa cumple su segunda jornada de visita a Ecuador

"El papa llega a un país divido, marchas a favor y en contra del gobierno, pero nadie entiende lo importante que es la unidad y practicar el mensaje de Francisco y de Jesucristo: ayudar al prójimo, ser humildes, perdonar y que de nuestra boca salgan palabras que edifiquen"
Papa en Ecuador
"El papa llega a un país divido, marchas a favor y en contra del gobierno, pero nadie entiende lo importante que es la unidad y practicar el mensaje de Francisco y de Jesucristo: ayudar al prójimo, ser humildes, perdonar y que de nuestra boca salgan palabras que edifiquen"AP / AP

GUAYAQUIL, Ecuador (AP) — El papa Francisco llegó el lunes a Guayaquil, donde oficiará una misa campal ante más de un millón de personas, en su primer acto masivo desde su llegada a Ecuador donde convocó al diálogo y pidió compasión por los débiles.

El papa fue recibido en el aeropuerto de esa ciudad por el vicepresidente Jorge Glass, el canciller Ricardo Patiño y el alcalde Jaime Nebot, quien le entregó las llaves de la ciudad, una joya diseñada con un topacio, perlas oro y plata.

A las afueras del aeropuerto miles de personas gritaban al unísono "Francisco, Francisco".

Algunos monaguillos que aguardaban en la pista se acercaron al Papa, quien aceptó tomarse unas fotografías con ellos.

El pontífice arribó la tarde del domingo a Quito, donde fue recibido por decenas de miles de ecuatorianos que lanzaban pétalos, gritos de emoción y aplausos al paso de su comitiva. La única actividad que cumplió fue un discurso en el aeropuerto.

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Ecuador es la primera parada del papa en una gira que lo llevará también a Bolivia y Paraguay, tres de los países más pequeños y pobres de Sudamérica.

En Guayaquil visitará el santuario de la Divina Misericordia, ubicado a 27 kilómetros al oeste de la ciudad portuaria. Allí orará unos 20 minutos ante 2.000 invitados: enfermos oncológicos, ancianos abandonados, niños con cáncer y fieles de algunos de los sectores más pobres de Guayaquil.

Enseguida se dirigirá al gigantesco parque Samanes para oficiar la misa campal ante al menos 1,2 millón de personas que desde la noche del domingo mantienen una vigilia en medio de cánticos, oraciones y bailes. En sus manos llevan estampas, rosarios, estatuillas de santos y hasta del papa.

El expresidente Gustavo Noboa, que gobernó en medio de la peor crisis política y económica del país (2000-2003), llegó a Samanes utilizando un andador para asistir a la misa del papa. 

"El papa llega a un país divido, marchas a favor y en contra del gobierno, pero nadie entiende lo importante que es la unidad y practicar el mensaje de Francisco y de Jesucristo: ayudar al prójimo, ser humildes, perdonar y que de nuestra boca salgan palabras que edifiquen", dijo en declaraciones a The Associated Press. 

Añadió que "para mí es un honor poder estar en esta misa".

Los feligreses se protegían con sombrillas y ropa ligera y blanca del calor y la humedad en Guayaquil, donde el lunes la temperatura se moverá entre 27 y 31 grados centígrados.

En tanto miles de vendedores ambulantes de comida se ubicaron estratégicamente en el parque para, por un par de dólares, saciar el hambre de los feligreses.

Tras caminar 40 kilómetros, Vicente Huilcatoma, un policía retirado y chofer de transporte escolar de 47 años, llegó a Samanes la tarde del domingo para buscar un buen lugar para ver al papa.

"Estoy cansado, con hambre, no he dormido, pero también siento emoción y gozo en mi corazón. He llegado a la zona más cercana para ver a Francisco.

Vine a pedir por la salud de mi esposa y mis hijas. Ellas no pueden estar aquí conmigo", dijo a AP mientras mostraba orgulloso una camiseta con la leyenda "Con Cristo, el corazón nunca envejece".

Guayaquil, ubicada a 270 kilómetros al suroeste de la capital y la más poblada del país con 2,5 millones de habitantes, no estaba en los planes iniciales de la visita de Francisco, quien alteró su agenda para encontrarse con los feligreses de esa ciudad.

La edad no es impedimento para nada, repetía Guillermina Aveiga Dávila, una contadora jubilada de 90 años que llegó a Samanes en la madrugada del lunes desde su natal Chone, 185 kilómetros al suroeste de Quito.

"No uso silla de ruedas aún. Hago mi esfuerzo y camino... Veo todavía perfectamente gracias a los lentes, aunque estoy un poco sorda del oído izquierdo. Al papa le pediré que interceda para que Dios me dé más salud. Quiero llegar a los 100 años", añadió a AP.

Después de la misa, el papa se dirigirá al colegio jesuita Javier donde cumplirá dos actividades privadas: se encontrará con un antiguo amigo, el español Francisco Cortez García más conocido como Padre Paquito, a quien no ve desde hace 30 años, y almorzará con un grupo de 20 sacerdotes jesuitas de todo el país.

Al final de la tarde regresará a Quito para completar la jornada con un encuentro privado con el presidente Rafael Correa y poco después visitará la Catedral, donde se espera que de un discurso.

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