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Trabajadores indocumentados concentrados en servicios, construcción y manufactura

Un estudio muestra que son parte integral de la sociedad y economía estadounidense
Empleado de la construcción trabajando.
Empleado de la construcción trabajando.AP / AP

En áreas de la economía estadounidense como los servicios -conserje, ‘nanny’, cocinero, etc.-, la construcción y la producción o manufactura, los trabajadores indocumentados constituyen casi el doble del porcentaje de gente que labora ahí y que nació en el país, según un estudio del Pew Center.

 

En los servicios por ejemplo, trabaja el 33% de los indocumentados, en contraste con el 17% de los nacidos en Estados Unidos. 

 

En la construcción la diferencia entre unos y otros es del triple: el 15% de los trabajadores indocumentados se ganan la vida construyendo casas y apartamentos, mientras que sólo el 5% de los nacidos en el país laboran en esa área de la economía.

 

La verdad, las cifras del estudio no sorprenden. Al contrario, en cierto sentido confirman una realidad que es visible en cualquier lugar de la nación. De que en su gran mayoría los indocumentados -y se habla aquí fundamentalmente de indocumentados latinos- trabajan precisamente las áreas de los servicios, la construcción y la producción. 

 

Qué decir por ejemplo de las llamadas “nannies” latinas, tan visibles en cualquier vecindario de clase media y alta cuidando niños de familias donde por lo general ambos padres trabajan. Un detalle que va más allá de los números fríos del estudio del Pew Center: gracias a las “nannies”, en las últimas dos o tres décadas, millones de mujeres estadounidenses han podido desarrollar sus carreras profesionales con la tranquilidad de que sus hijos están bien cuidados en casa.

 

Y ni hablar por supuesto, de los cocineros. Literalmente sea cual sea el restaurant que se visite -de comida china, coreana, japonesa, italiana, francesa, etc.- casi con seguridad uno encontrará que mucho del personal en la cocina es de origen latino, algunos indocumentados y otros con papeles. Cocineros y ayudantes que han aprendido los secretos y detalles de esa particular cocina y que con total confianza preparan los respectivos platillos que se ofrecen en el menú. 

 

En la construcción se da una situación similar, inclusive en particulares oficios con porcentajes aun más altos de trabajadores indocumentados. Es es el caso de los llamados “drywalleros” -es más práctico utilizar el ‘spanglish’ que tratar de encontrar la traducción correcta-, que constituyen el 34% de toda la gente que ahí trabaja (lo de ‘drywalleros’ viene del ‘drywall’ que es el material que se instala en el interior de las paredes de madera conque normalmente se construye en Estados Unidos).

 

Sin embargo, no todas las cifras del estudio son color de rosa. Sucede que en esta área de la construcción para el caso -de nuevo, nada que sorprenda al que ha vivido de cerca esa realidad- ha disminuido el número de trabajadores indocumentados desde que alcanzó su pico en 2007, un año antes de que ocurriera la gran recesión económica. Del 2007 al 2012 -el último año que cubre el estudio- hubo un descenso del 23% en los indocumentados que trabajaban en la construcción (de 1.6 millones a 1.2 millones). 

 

En el área de la producción igualmente hubo una disminución en el número de trabajadores indocumentados. De 975 mil que trabajaban en fábricas y similares en 2007, a 875 mil que lo hacían en 2012. Estas cifras simplemente confirmarían que los indocumentados sufrieron, como la gran mayoría de la gente, las consecuencias de la crisis económica de 2008. Así como al llegar la recesión hubo se disminuyó la construcción, igualmente se cerraron muchas fábricas.

 

Con todo, el área de los servicios no sufrió mucho. Al contrario, esas “nannies”, conserjes y demás aumentaron en pequeño porcentaje (2%) de 2007 a 2012. El estudio no da una razón clara por este aumento. Todo hace pensar que por complicada que fuera la situación económica de la gente, al final del día había que conservar a la “nanny”, al cocinero o al conserje que limpia el edificio.

 

Fuera de las ciudades, muchos indocumentados trabajan por supuesto en la agricultura, actividad esta donde por varios años se dio un significativo aumento de trabajadores. Este rubro también alcanzó su pico en 2007. Para el 2012 habían 325 mil indocumentados laborando en actividades agrícolas (una reducción del 2% respecto de 2007). Estos trabajadores constituyen el 26% de toda la fuerza laboral del país que se gana la vida en la agricultura. 

 

El estudio explica que la razón por la cual los indocumentados trabajan en estas áreas de la economía es por su bajo nivel educativo y por su situación migratoria que les limita las oportunidades en otros sectores. Aun así, hay un 13% de trabajadores indocumentados que laboran en actividades de tipo gerencial -no es extraño que un supervisor sea un indocumentado- o profesional (un aumento del 3% de lo que era en 2007).

 

En total, los trabajadores indocumentados forman el 5.1% de la fuerza laboral del país, un poco más de 8 millones de personas con trabajo o buscándolo activamente. Este número no cambio durante los años de la recesión, no obstante que durante el mismo periodo sí hubo una disminución en el numero de indocumentados (lo cual diría que nueva gente se incorporó a la fuerza laboral).

 

En el contexto del siempre existente debate sobre la reforma migratoria, hoy centrado en la acción ejecutiva del Presidente Obama que favorecería a millones de indocumentados, las  cifras del estudio del Pew Center deberían recordar una obviedad: que los indocumentados están en Estados Unidos para trabajar. Bien sea construyendo casas y apartamentos, cocinando en famosos y humildes restaurantes o cuidando niños de padres que trabajan como abogados, doctores y demás. Los indocumentados son parte integral de la sociedad y economía estadounidense.