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PM Australia: Asedio podía haberse evitado

PM Australia: Asedio podía haberse evitado

SÍDNEY, Australia (AP) — El asedio mortal en una cafetería de Sídney podría verse evitado, según dijo el primer ministro de Australia el jueves, mientras el coro de voces críticas pide saber por qué el hombre había quedado en libertad bajo fianza a pesar de enfrentar una serie de cargos violentos se hacía más fuerte.

Man Haron Monis, un hombre de 50 años de origen iraní, autodenominado clérigo y con un largo historial delictivo, irrumpió en una cafetería del centro de Sídney el lunes armado con una escopeta, tomando a 17 rehenes. Dieciséis horas después, el sitio terminó con un intenso tiroteo y gritos de terror cuando la policía entró en el local para liberar a los cautivos. Además de Monis, dos rehenes fallecieron.

"Esta ha sido una horrible llamada de atención", dijo el primer ministro, Tony Abbott, a radio Macquarie. "Fue una atrocidad — que bien podría haber sido una atrocidad evitable, y es por eso que esta revisión rápida y completa es tan importante".

Abbott ha ordenado una profunda revisión gubernamental del asedio y los acontecimientos que llevaron a él, incluyendo por qué Monis estaba en libertad bajo fianza y cómo obtuvo la escopeta a pesar de las estrictas leyes de armas del país.

Documentos judiciales detallan el largo historial de Monis con la ley. En 2011, Noleen Hayson Pal - su ex pareja y madre de sus dos hijos - dijo a la policía Monis había amenazado su vida. Después de esto fue acusado de acoso e intimidación con la intención de causar temor a daño físico o mental.

Pal declaró en enero de 2012 que Monis le dijo: "Si no consigo ver a los niños más de lo que los estoy viendo ahora, me aseguraré de que pagas por ello — incluso aunque signifique que tengo que dispararte".

La mujer dijo que temía que Monis llevase a cabo su amenaza, señalando que una vez le había dicho que tenía licencia de armas. Añadió que su ex pareja se volvió cada vez más paranoico cuando "comenzó a implicarse más en sus actividades islamistas", insistiendo en cerrar las persianas y cerrar todas las puertas cuando visitaba su casa. También lo acusó de abofetear a su hijo mayor en la cara.

"Siempre me dice que la gente lo vigila, que hay personas escuchando sus conversaciones", declaró.

Monis finalmente fue declarado no culpable de los cargos. Un año más tarde, Pal fue apuñalada hasta la muerte antes de prenderle fuego.

La policía acusó a la entonces pareja de Monis, Amirah Drudis, del asesinato de Pal, y consideró a Monis cómplice. Ambos estaban en libertad bajo fianza por estos cargos cuando Monis llevó a cabo el sitio de la cafetería. También se enfrentaba a 40 cargos de asalto sexual, y se le había concedido la libertad bajo fianza también por eso.

Monis fue declarado culpable y condenado el año pasado a 300 horas de servicio comunitario por el envío de lo que un juez consideró cartas "manifiestamente ofensivos" a las familias de los soldados muertos en Afganistán entre 2007 y 2009.

Tres días antes del asedio, el máximo tribunal de Australia se negó a escuchar la apelación de la condenas por el envío de las misivas. El siguiente día hábil, Monis irrumpió en el Lindt Chocolat Cafe, a pocos pasos de la sala del tribunal donde se dictó la sentencia.

"Al igual que casi todo el mundo, estaba incrédulo y exasperado por eso ", dijo Abbott. "Este chico tiene un largo historial de violencia, un largo historial de inestabilidad mental, tiene un largo historial delictivo y una clara obsesión con el extremismo. Era algo extraordinario que estuviese en la calle".

Katrina Dawson, una abogado de 38 años, y la gerente de la cafetería, Tori Johnson, de 34 años, murieron durante la resolución de la crisis de rehenes. Las autoridades no han dicho si fallecieron en el fuego cruzado, mientras la policía entraba en el café, o fueron baleadas por su captor. Se espera que sus autopsias que estén terminadas el jueves.

Mientras, la Martin Place, donde se encuentra la cafetería Lindt, olía y parecía más un campo oloroso que una plaza del centro de la ciudad ya que la gente siguió depositando miles de ramos de flores para honrar a las víctimas.