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El comercio y los viajes, beneficiados en la nueva política de EEUU hacia Cuba

El cambio proveerá beneficios económicos significativos para el gobierno cubano, los negocios en Estados Unidos y otros puertos de la región

El cambio de política hacia Cuba que anunció este miércoles el presidente Barack Obama facilitará a los residentes de Estados Unidos las transacciones bancarias, los envíos de remesas y las opciones de negocios con la isla.

De hecho, una de las primeras disposiciones de la Casa Blanca fue instruir a los departamentos de Comercio y del Tesoro para flexibilizar los controles y permitir un flujo de operaciones financieras que estaban restringidas por la ley de embargo.


Para la comunidad cubanoamericana en Estados Unidos, estimada en 1.8 millones de personas, se trata de una apertura sin precedentes en el largo litigio político y comercial entre Washington y el régimen de Fidel y Raúl Castro.


El anuncio presidencial contempla un aumento del monto de las remesas de $500 a $2,000 dólares en donativos por trimestre para ciudadanos cubanos, así como para proyectos humanitarios y empresariales del emergente sector privado en la isla, sin necesidad de contar con una licencia específica del Departamento del Tesoro.


Esto significa que las compañías de remesas, como Western Union, no requerirán de los controles a los usuarios que venían aplicándose hasta ahora.


También los viajeros a Cuba se verán beneficiados con el giro político de Washington. De inmediato estarán autorizados para importar hasta $400 dólares en bienes producidos en la isla, de los cuales $100 pueden ser invertidos en compras de tabaco y ron.


Otro beneficio para los pasajeros es que podrán usar sus tarjetas de crédito y débito dentro de Cuba.


A su vez, se ampliarán las transacciones bancarias entre ambos países. Instituciones bancarias estadounidenses podrán abrir cuentas en sus homólogas cubanas para el procesamiento de operaciones que hasta el momento eran objeto de fuerte escrutinio por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro. Las multas a entidades y personas por transgredir ciertas normas bancarias respecto a Cuba quedarán prácticamente abolidas.


De hecho, el comercio con Cuba, autorizado por el Congreso en el 2000, no tendrá que contar con el adelanto de efectivo por parte de las empresas estatales cubanas, lo que significa un virtual otorgamiento de crédito para los envíos contratados con firmas estadounidenses.
En cuanto a las licencias específicas que requerían los ciudadanos estadounidenses para los viajes educativos, culturales y religiosos, y las competencias deportivas, quedarán sustituidas por licencias generales.

El relajamiento de las restricciones para las empresas que operan viajes a Cuba significará gradualmente la autorización de ferries y cruceros, con beneficios económicos significativos para el gobierno cubano y los negocios radicados en Estados Unidos y otros puertos de la región.

Un indiscutible cambio en el panorama de las relaciones económicas y financieras, que impactará tanto a los cubanos con familiares en la isla, a los ciudadanos estadounidenses y a la empresa privada en Estados Unidos.