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¿El monstruo de la casa de al lado?

el monstruo de la casa de al lado

Por Natacha Herrera

Miami - Seis años atrás Michelle Knight, sin entrenamiento médico alguno, tuvo que asistir como partera a Amanda Berry durante su parto. A poca distancia, el presunto secuestrador y violador de ambas mujeres, Ariel Castro, le dijo a Michelle que si dejaba morir al bebé la iba a matar.

Estas son algunas de las tantas revelaciones que se dieron a conocer este miércoles sobre cómo era la vida dentro de la casa localizada en el 2207 Seymour Avenue, en Cleveland, donde por casi una década tres mujeres permanecieron prisioneras de un hombre que, dijeron, un día les ofreció un aventón.

Cada una de estas anécdotas son parte del reporte preparado por el departamento de policía de Cleveland.

Ariel Castro, de 52 años de edad, quien hoy ha sido formalmente acusado de cuatro cargos de secuestro y tres de violación, no sólo raptó a las tres jóvenes indistintamente, sino que las encadenó, las violó repetidamente, abusó de ellas y las mantuvo en cautiverio por una década en la que nunca pudieron ni salir de la casa ni visitar a un médico.

Amanda Berry declaró que tuvo que dar a luz en una piscina plástica y que la niña nació con problemas y dejó de respirar. Michelle, que hacía de partera, salvó la vida de la recién nacida —y la suya— dándole respiración boca a boca.

Michelle Knight, quien hasta el momento se mantiene hospitalizada, declaró a las autoridades que producto de las repetidas violaciones a la que fue sometida, salió embarazada al menos cinco veces. En cada ocasión, su secuestrador y violador la hizo pasar hambre por dos semanas consecutivas, para luego golpearla en el estómago repetidamente hasta lograr que abortara.

Georgina “Gina” DeJesus, secuestrada a los 14 años, dijo que también fue violada por Castro en múltiples ocasiones pero no cree haber quedado embarazada. De esos encuentros violentos recuerda que una vez se desmayó.

Recién secuestradas, Michelle, Amanda y Gina dijeron haber estado encadenadas en un sótano de 760 pies cuadrados, que no aparece en los récords de la propiedad como área habitable, pero que aparentemente Ariel Castro tenía preparado para la primera etapa de las mujeres que raptaba.

Posteriormente las fue liberando de las amarras y pasándolas a habitaciones enclaustradas en el segundo piso de la vivienda, que cuenta con 4 dormitorios y un baño, y no tiene aire acondicionado. De vez en cuando les permitió salir al patio, pero siempre con pelucas y espejuelos oscuros para que no las reconocieran y las obligaba a mantener sus cabezas bajas.

De acuerdo a las declaraciones, Castro llevó a la menor de 6 años con él fuera de la casa. Sin embargo, la niña no sabía los nombres reales de Michelle ni de Gina, precaución que tomó este hombre para que no fuera a mencionarlos en público.

El pasado lunes 6 de mayo, Ariel Castro dejó abierta la cerradura de una puerta interior de la casa y con golpes y gritos Amanda Berry alertó a unos vecinos que lograron abrir a patadas la puerta. En segundos se comunicaron con el número de emergencias 9-1-1.

Cuando Michelle Knight y Gina DeJesus vieron a los policías que llegaron a la casa, se lanzaron los brazos de estos desconocidos por primera vez en casi diez años.

Así, de un salto, llegaba a su fin una década de terror.