Orlando Matos
La Habana, enero 25.- El famoso pitcher cubano de grandes ligas José Contreras confiesa en entrevista con NBC News que “no tiene palabras” para expresar su felicidad al comprobar que a pesar de una década sin poder entrar a su país la gente lo recuerda y lo quiere.
"Increíblemente después de diez años sin ver mi gente, sin ver mis fanáticos, pensé que se habían olvidado de mi pero es todo lo contrario, siguen siguiéndome”, asegura con brillo en los ojos.
El fornido beisbolista afirma que el recibimiento popular ha sido tal que siente “mucha alegría y mucho orgullo de mi gente”, que en todos partes se aglomera a saludarlo, pedirle fotos y autógrafos, incluso en la Aduana del aeropuerto de esta capital.
“Allí me dieron la misma acogida que cuando yo llegaba con el equipo nacional” afirmó, aunque su viaje tiene un ángulo doloroso, pues el motivo fue atender a su mamá tuvo una cirugía de amputación, de la cual está “recuperándose”, dijo.
Justamente esa es la razón por la que “voy a estar unos cuantos días más” a la espera del alta médica, la cual considera debe concretarse “quizás mañana”.
Los sentimientos encontrados provienen también de “diez años sin ver mi familia, sin ver mis hermanos y sin venir a mi tierra”, consecuencia de una política gubernamental que cambió recientemente y ya permite el regreso de los hasta hace poco considerados “desertores”.
Contreras de cualquier forma nos advierte que tenía "su visa de entrada al país hace seis meses" pero que por "motivos de trabajo no había podido venir" hasta ahora.
El renombrado lanzador, sin embargo, se concentra en agradecer a “los fanáticos por la acogida que me han dado, de verdad que no tengo palabras me siento contento de haber estado de regreso", acotó.
Incluso, añadió que ello le aporta “mucha fuerza para seguir luchando y tratar de dar lo mejor de mí a mi gente, a mis fanáticos", en su esfuerzo por retornar a las Grandes Ligas, por lo que cumple su preparación física no obstante estos días de compromisos familiares.
Justo antes de la entrevista había corrido unos diez kilómetros por la playa de Guanabo, al este de la capital de la isla, y después de la conversación prosiguió el entrenamiento en un gimnasio de la localidad.
“El béisbol es mi vida” afirmó vehemente y con la vista puesta en el retorno “voy a seguir luchando para estar en la loma hasta que Dios y mi brazo me acompañen", sentenció.
Luego de la operación a la que se sometió nos participó que ya comenzó “a tirar a 60 pies y gracias a Dios el brazo me ha respondido bien no hay dolor y sigue cogiendo fuerza y la velocidad sigue aumentando".
Afirmó que varios “equipos que me están mirando y quieren que yo siga jugando", en la gran carpa aunque no reveló cuáles han mostrado interés.
No obstante, con realismo a sus 41 años tiene planes alternativos para “después que no pueda seguir pitcheando voy a trabajar con niños, a tratar de ayudarlos y enseñarles lo que yo he podido hacer durante mi carrera", admitió.
Tal vez este pensamiento, y como método para relajarse en su entrenamiento, lo ha acercado por estos días “a jugar pelota al flojo con los muchachos, algo que no hacía hace veinte años y es increíble lo contento que me siento” al hacerlo.
Finalmente, dijo que no ha dejado de estar al tanto del béisbol cubano al que con “Víctor (Mesa, actual manager del equipo nacional de Cuba) ahí al frente creo que se va a hacer un buen papel” en el venidero III Clásico mundial de marzo, pues “hay muchos muchachos con talento”.