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Paul Ryan, ¿a favor o contra el embargo a Cuba?

Paul Ryan, ¿a favor o contra el embargo a Cuba?

Por Carlos Rajo/Opinión


Paul Ryan, el ahora compañero de fórmula del republicano Mitt Romney, votó hace varios años en su calidad de congresista por Wisconsin por levantar el embargo contra Cuba. Aparentemente Ryan cambió después de opinión y hoy el controversial político, que de la noche a la mañana se ha puesto en el centro de la atención pública desde su nombramiento el sábado, se ubica en la sólida esquina republicana que se opone a cualquier concesión a Cuba.

El tema Ryan-Cuba ha surgido debido en parte a que Romney está de visita en la Florida donde por supuesto todo lo que tiene que ver con Cuba es de gran importancia. Pero además, porque es uno de los tantos temas que interesan a los latinos -aunque en este caso más que todo a los latinos con algún vínculo familiar o personal con Cuba- en los cuales el candidato a vice presidente ha expresado alguna opinión. Es como que si de pronto los latinos han comenzado a ponerle atención al político de Wisconsin calificado por sus rivales demócratas como “un ideólogo de ultra derecha”.

Es claro que los latinos se interesan por muchos de los mismos temas que le preocupan al resto de la sociedad, comenzando por esos asuntos que definen en mucho la carrera de Ryan como sus posiciones en el sistema de salud para la gente mayor llamado Medicare, la seguridad social o sus ideas sobre cómo controlar el déficit estatal. Digamos que para efectos del análisis nos quedamos por hoy con temas como Cuba o inmigración.

De entrada sorprendería que Ryan haya votado alguna vez por levantar el embargo sobre Cuba. El tema es algo en el que la mayoría de los políticos republicanos coinciden y en el que no se gana mucho políticamente votando porque se acabe tal embargo. Será el propio Ryan quien tendrá que explicar sus votos, aunque es posible de antemano hacer una observación educada y señalar que esas posiciones de seguro tuvieron que ver con intereses económicos de sus votantes y del estado de Wisconsin.

Sucede que aun con el férreo embargo económico que existe contra Cuba desde principios de los años 60s, hay actualmente -y ha existido por los últimos doce o tantos años- una relación comercial con la isla caribeña por medio de la cual varios estados le venden alimentos y otros productos a Cuba. Wisconsin es uno de estos estados.

No es gran cosa lo que Wisconsin le vende a Cuba -unos $15 millones de dólares anuales en leche en polvo, madera, carne de pollo, maíz, trigo y otros- pero al final de cuentas dinero que genera actividad económica y que Ryan como buen congresista debió haberse sentido en la obligación de defender. Por supuesto, que si no hubiese embargo Wisconsin vendería mucho más a Cuba.

Hoy que su nombre está en todos lados se ha rescatado de los archivos no sólo los votos de Ryan en contra del embargo en los inicios de la década del 2000, sino también una frase donde el congresista dice que si hay relación de libre mercado con la China comunista “¿por qué no con Cuba?”. Es el choque entre uno de los principios ideológicos de los republicanos de apoyar el libre mercado a donde sea con lo que se ha convertido en una inflexible posición política respecto de Cuba.

Dos cosas al menos llaman la atención de esto de Ryan-Cuba. Una, que por supuesto el tema es problemático ya que como decíamos el asunto va al corazón de los intereses de los cubano-americanos de la Florida. Ryan tendrá que darles una explicación convincente de sus votos y posiciones ya que ciertamente la boleta republicana necesita de esos votantes para dar la pelea en la Florida.

Y dos, que ojala que estas aparentes contradicciones de Ryan vis a vis Cuba sirvan para que se dé un debate sobre el embargo económico a la isla. Baste decir que hay toda una nueva generación de cubanos americanos que no necesariamente comparten las posiciones del exilio histórico sobre la política de Estados Unidos hacia Cuba.

En el tema de inmigración también es problemático lo de Ryan.

El congresista se ha opuesto al “Dream Act” -por su término en inglés- o la “Ley del Sueño o de los Soñadores” mediante la cual se permitirá la estancia en el país, y eventualmente su legalización, de cientos de miles de jóvenes que fueron traídos al país siendo niños. Ryan votó, por ejemplo, contra el “Dream Act” la última vez que fue puesta a consideración del Congreso en 2010. Igualmente, votó por la construcción del muro en la frontera con México y hace unos meses dijo estar de acuerdo con las posiciones de Romney en inmigración, las que en ese momento incluían el llamar a la Ley de Arizona SB1070 un modelo para el resto del país (después Romney se echó para atrás en su comentario).

Ryan tiene también otro capítulo oscuro en su record -al menos desde el punto de vista de los intereses de la gran mayoría de latinos-. El congresista votó en 2005 por aquella famosa Ley Sensenbrenner -el apellido del legislador que la propuso- la que penalizaba tanto a indocumentados como a quienes les ayudaran y que fue nada menos la que dio origen al gran movimiento de manifestaciones, marchas y demás actos públicos en decenas de ciudades en marzo, abril y mayo de 2006.

No sorprende el que Ryan haya tomado estas posiciones en inmigración. Va totalmente de acuerdo con lo que es el ideario republicano en el tema -al menos de la gran mayoría de legisladores y figuras del partido-. Lo que si llama la atención sin embargo, es cómo creerá Romney que podrá convencer a los votantes latinos de que voten por él y su compañero de fórmula con esas posiciones anti inmigrantes. No hay que olvidar que según las encuestas de los últimos meses, Romney pierde ante Obama con los potenciales votantes latinos por un margen de más de cuarenta puntos porcentuales.

Poco a poco el país todo, y en nuestro caso el electorado latino, irá conociendo mejor al congresista y hoy presunto candidato vice presidencial Ryan. Ojala que así como él promete que habrá un debate a fondo y en serio sobre sus temas preferidos como Medicare, el déficit, los gastos gubernamentales, etc. también haya una discusión de contenidos y no de slogans sobre asuntos como la política hacia Cuba, inmigración, la frontera, las relaciones con México y el resto de Latinoamérica y demás áreas que interesan a los latinos.

Se habla de un Ryan como un hombre de ideas, de ser uno de los pilares intelectuales del actual partido republicano. Esperemos que se tire al ruedo del debate. Que esgrima los argumentos para intentar convencer a esos votantes latinos de que voten por él y Romney. Votantes que por hoy le bajan el pulgar a la boleta republicana.