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Opinión: "Se obtiene lo que se siembra"

El "poder" del voto latino

Por Carlos Rajo

Si en la elección presidencial de noviembre votaran únicamente los latinos inscritos, el presidente Obama ganaría la contienda por un amplio margen, más del 40%, según la última encuesta de de NBC News, el diario Wall Street Journal y Telemundo.

Esta cifra no tiene nada que ver con el promedio de encuestas a nivel nacional que también dan ventaja a Obama, pero solo por márgenes de tres o cuatro puntos, aunque otra historia es con los latinos.

El Presidente Obama obtiene las preferencias del 67% de los potenciales votantes latinos registrados si los comicios se celebraran hoy, mientras que su virtual rival, el republicano MItt Romney, consigue el apoyo de únicamente el 23% de los encuestados.

Esta ventaja de Obama sobre Romney entre los latinos no sorprende, al contrario, confirma una tendencia que se vio el mes pasado cuando en otra encuesta similar el mandatario demócrata también marcó una diferencia de 40 puntos sobre su contrincante republicano.

Estos latinos que dicen votarán por Obama serán un factor clave en varios estados llamados “fluctuantes” o indecisos y que, según muchos expertos, determinarán el rumbo de la elección, tales como la Florida, Nevada, Colorado, Nuevo México, Carolina del Norte o incluso Arizona (son diferentes de otros estados con fuerte población latina como New York y California que votan demócrata o Texas que lo hace republicano). Los latinos representan alrededor del 11% del electorado a nivel nacional, pero en lugares como la Florida son el 16% o en Colorado el 13%.

El único punto en cierto sentido negativo o preocupante si se quiere para Obama, es que estos mismos votantes latinos que dicen preferirlo no muestran el mismo entusiasmo por la elección que tenían hace cuatro años, cuando fueron parte importante del voto de las minorías (latinos, afro americanos, etc.) que le dieron el  triunfo al candidato demócrata. . En una especie de “índice de entusiasmo” elaborado por los encuestadores, los latinos de este julio muestran un entusiasmo que es diez puntos menor que el que tenían los votantes latinos en julio del 2008.

 Esto explicaría los esfuerzos de organización de la campaña de Obama para contactar a la mayor cantidad de potenciales votantes latinos y asegurarse que en efecto irán a votar. Y en general, para entusiasmarlos con la elección. El tema es que no es suficiente con que alguien diga que ira a votar, lo ideal es que se entusiasme con todo el ruido electoral y que ayude en el esfuerzo de llevar más gente a votar

Entre los puntos positivos que deja la encuesta al campo Obama está el hecho de que los latinos le dan buenas marcas al presidente en lo que se refiere al manejo de la economía, asunto que según la experiencia de otras elecciones será central en la manera como vote mucha gente.

Obama obtiene una aprobación del 58% en este terreno de la economía, cuando que la población en general le da únicamente un 44%. Cifra que llama la atención, ya que en áreas fundamentales en ese manejo económico como es el desempleo, los latino precisamente tienen una tasa más alta de desempleo que el país todo (11% latinos y 8.2% la población en general).

Una explicación a esta aparente contradicción (darle buenas marcas al presidente en la economía cuando más latinos están desempleados) sería el hecho de que según la misma encuesta Obama es en general bien visto por los latinos. Un 64% de los encuestados tiene una buena imagen del mandatario (Romney es bien visto únicamente por el 22%), lo que significaría que a Obama se le juzga más por la total impresión que se tiene de él y no por aspectos puntuales como la economía.

Igualmente hay otro aspecto que también ayuda a explicar tanto las altas preferencias que obtiene el mandatario entre los latinos en términos generales como en áreas particulares como la economía. Es el que se refiere a la satisfacción con la marcha del país: 41% de los latinos dicen que el país va bien mientras que cuando se le pregunta a todos los votantes sólo el 32% dice lo mismo.

Un tanto como que si a alguien le cae bien el mandatario y al mismo tiempo piensa que el país va por buen camino, prácticamente no hay razones para negarle la reelección, aun si cuando se aterriza a la realidad diaria ese mismo votante tiene una situación económica no necesariamente buena.

Es un tanto difícil establecer las razones por las cuales un candidato es bien o mal visto. En el caso de Obama, algo que lo ha ayudado a solidificar el apoyo que ya tenía entre los latinos es su reciente decisión de suspender las deportaciones de los jóvenes llamados soñadores o “dreamers” por el termino en inglés. Para muchos latinos esto mostró a un presidente que se preocupa por algo que afecta a cientos de miles de familias hispanas.

Para explicar, las bajas marcas de Romney quizá habría que referirse a lo que ha sido la retórica y acciones republicanas en los últimos años (Ley de Arizona y demás) y particularmente durante las primarias, respecto de los inmigrantes y/o de los indocumentados en especial. Muchos de seguro no olvidan la famosa frase del candidato de que esos indocumentados tendrían que deportarse ellos mismos.

Romney no ha repetido esta frase en los últimos meses y ha hecho esfuerzos por acercarse a los latinos o al menos aparecer menos duro en el trato con ellos y en sus referencias al tema de inmigración. Ha puesto al aire además comerciales de televisión narrados en español por uno de sus hijos en los cuales aun cuando no habla de soluciones específicas a los problemas de inmigración intenta borrar esa imagen que tienen muchos latinos de un partido y candidatos que son hostiles hacia ellos. La encuesta de Telemundo estaría señalando que estos esfuerzos no han dado buenos resultados.

Más allá de lo bien o mal que sale cada candidato en relación al voto latino, lo cierto es que pocas veces en la historia reciente de las elecciones presidenciales estos votantes habían estado en una posición tan importante o decisoria. Su voto literalmente puede definir la elección.

Obama los necesita en esos estado “fluctuantes”. Así de simple. Sin ese voto latino casi con seguridad que no gana la elección. La ventaja de Romney es tal con el voto de la población en general de la clase trabajadora que puede darse el lujo de perder alguno de esos estados. Pero Romney también necesita ganar al menos algunos -o uno si es un estado grande- de esos estados. De seguro que pondrá toda la carne al asador en la Florida donde por la presencia del voto cubano americano los republicanos obtienen siempre un margen del voto latino que no consiguen en ningún otro estado.

Cada vez que aparece una encuesta de estas con clara ventaja para los demócratas en las preferencias de los votantes latinos vienen a la memoria un par de cosas de un pasado que pareciera que existió hace mucho tiempo, casi como que fue mentira que pasó.

Uno, lo de como George W. Bush ganó la reelección en 2004 con el 40% del voto latino. Y en parte por la influencia de su afamado asesor Karl Rove, quien fue el que mencionó la otra cosa que uno recuerda: que para que el partido republicano pensara en mantenerse en el poder por años y décadas necesitaba obtener una importante porción de esa que es la minoría de más alto crecimiento en la nación, los latinos, por supuesto. De seguro que los resultados de la encuesta de Telemundo no sorprenderán a Rove. Se obtiene lo que se siembra.