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La iglesia en Cuba habla de democracia

Iglesia cubana habla de democracia

Por Orlando Matos

La Habana, 23 de febrero.- En Cuba suele ser herético o ilegal hablar de democracia desde una perspectiva distinta de los “intereses del socialismo”, según los límites establecidos por las autoridades de la isla.

Sin embargo, en el Centro Cultural Padre Félix Varela de la Iglesia Católica cubana, inaugurado hace apenas cinco meses, este concepto aquí controvertido viene siendo analizado desde diversos enfoques, de cara siempre a la realidad nacional.

Los encuentros, auspiciados por la revista católica Espacio Laical en esta institución, han abierto otra alternativa de debate dentro de una sociedad usualmente restringida a discusiones lideradas por los designios del partido comunista, único permitido en el país.

Justamente este miércoles el Centro abordó el tema “La democracia según la Doctrina Social de la Iglesia”, desarrollado por el académico Antonio María Baggio, profesor del Instituto Universitario Sophia - Loppiano de la ciudad italiana de Florencia.

Por alrededor de una hora Baggio repasó desde los orígenes de tal doctrina hasta la actualidad, puntualizando que en el centro de este sistema aparece el respeto al hombre, a sus derechos y a su diversidad.

Como era predecible, la conferencia del catedrático abordó varios conceptos sobre los cuales las autoridades cubanas tienen su particular interpretación, a veces eluden, rechazan o al menos les resultan incómodos.

Mas el convite transcurrió normalmente, con una audiencia diversa que contó lo mismo con un investigador oficialista, que un socialista democrático y participativo, que un opositor, que público en general, dado el carácter incluyente de la convocatoria.

Por ejemplo, Baggio subrayó que la democracia se basa en la libertad y la igualdad, entendida esta última como que “la institución política reconozca a cada uno de nosotros el derecho de ser diferente a los otros”.

En otra parte de su exposición el profesor italiano aseguró que la Iglesia ha aprendido “que no se puede defender sólo los derechos religiosos” pues si “no defiende todos los otros derechos jurídicos y civiles al final perderá también los derechos religiosos”.

“El gran desafío de los derechos humanos es parte integrante de la doctrina” de la Iglesia, citó al respecto.

“El poder no puede ser absoluto, tiene que ser participativo y controlado, siempre al servicio de los ciudadanos” dijo el académico a NBC en un aparte. “La Iglesia dice que la democracia existe para servir al hombre, no a un poder económico o político”, recalcó.

El Cardenal Jaime Ortega en la inauguración del Centro lo definió “como lugar de encuentro, de intercambio, de proyección de futuro, en clima de diálogo, donde se siga también pensando a Cuba, como (…) lo hicieron tantos de nuestros próceres”.

La trayectoria de los encuentros convocados por Espacio Laical muestra consistencia con tal empeño, y refleja otro ángulo del momento actual de las relaciones Iglesia-Estado, en el que el gobierno hasta ahora no obstruye la presencia opositora en las reuniones.

Si la tolerancia es coyuntural por la inminente visita del Papa, o estratégica por la admisión de la Iglesia como interlocutor válido dentro de una sociedad aquejada de problemas que necesitan  urgente solución, es asunto de comprobación futura.

Pero al parecer un segmento –todavía discreto- de ese diálogo impostergable para la isla ya está en marcha dentro del Centro, a partir de una convocatoria de la mayor amplitud por los emisores y con una respuesta cada vez más plural de los receptores.