TEXTO CORTESÍA DE EL MUNDO
Rui Ferreira | Miami
El presidente Barack Obama abogó el martes por la mañana por la realización de un referendo sobre el futuro político e institucional de Puerto Rico.
"Los residentes en la isla van a tener la oportunidad de decidir sobre su futuro y cualquiera que sea la decisión será apoyada por mi administración", dijo el mandatario, en un discurso pocos minutos tras arribar a San Juan de Puerto Rico, la primera visita presidencial de un mandatario estadounidense a la isla, desde que John F. Kennedy estuvo allí hace 50 años.
Obama dijo que la realización de la consulta popular, a la que no puso fecha, fue propuesta por una comisión presidencial encargada de revisar el sentimiento de los puertorriqueños y sus aspiraciones futuras.
Consultas populares sobre la independencia del estado de Puerto Rico en el pasado han arrojado invariablemente que un 4% solamente apoya la independencia.
Puerto Rico es actualmente un estado libre asociado, cuyos habitantes no participan en elecciones presidenciales estadounidenses, pero comparten la misma moneda y sirven en el Ejército estadounidense.
Matiz electoral
Pero la visita de Obama a la Isla del Encanto, con una duración de cinco horas, tiene un cariz mucho más electoral. Los demócratas están enfrascados en la conquista de los 4,6 millones de electores de origen puertorriqueño que viven en territorio continental estadounidense, 850.000 de los cuales en Florida.
"Déjenme explicarles la visión que yo tengo para Puerto Rico. Vamos a dar a los puertorriqueños las herramientas que necesitan para construir su futuro. Vamos a crear más empleos aquí en puerto Rico y en toda la nación", dijo Obama en un discurso de menos de 10 minutos, profusamente aplaudido, en un hangar del aeropuerto de San Juan.
"Las aspiraciones y las luchas de esta isla son iguales a las de Estados Unidos. Pero no tengamos ilusiones. La economía ha mejorado un poco pero todavía no hemos llegado a donde debemos llegar. Todavía no hemos llegado", advirtió el mandatario.
Para los analistas, el voto puertorriqueño está cobrando una fuerza política muy parecida a la que tuvieron los cubanos hace unos 20 años. Y los demócratas miran al voto puertorriqueño como un contra balance al voto cubano, abrumadoramente republicano.
En Florida, los puertorriqueños son la mayoría en el área metropolitana de Orlando, considerada una de las más prósperas del estado.
Los demócratas comenzaron a echarle el ojo al electorado, cuando Obama ganó allí en 2008. Fue la primera vez que un presidente demócrata ganó en Orlando desde la década de los años 40.