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Levantan alerta

America Latina levanta alerta

El Mundo.es

Los países americanos levantaron entre la tarde del viernes y la madrugada del sábado la alerta preventiva ante el peligro de tsunami, que no se registró, por el terremoto de 8,8 de magnitud que asoló zonas de Japón, país al que la región transmitió solidaridad ante la catástrofe.

México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá y Honduras suspendieron el aviso preventivo al final de la tarde del viernes, después de que las autoridades constataran que el efecto del terremoto asiático se limitó a unas casi imperceptibles olas en sus costas del Pacífico.

A los países centroamericanos se fueron sumando paulatinamente los del cono sudamericano: Colombia, Ecuador, Perú y Chile. El ministro chileno del Interior, Rodrigo Hinzpeter, anunció a primera hora del sábado que se levantaba la medida preventiva en casi todas las zonas costeras del país.

A las 4:00 hora local (7:00 GMT) el oleaje provocado por el cataclismo de Japón ya había alcanzado las costas de todo el territorio continental chileno. Las autoridades confirmaron que en el balneario turístico de Dichato el agua del mar llegó esta noche a las calles, mientras en otras localidades como Cardenal, Bucalemu, Pichilemu, Talcahuano, Peluhue, Valparaíso y Algarrobo se produjeron retiradas del mar seguidas de posteriores entradas de entre 70 y 100 metros.

Las primeras olas que llegaron en la noche del viernes a la costa de Perú tuvieron entre 15 y 40 centímetros de altura, mientras que en Ecuador, el tsunami causó daños "mínimos". El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, dijo que mantendrá el estado de excepción hasta el sábado. Por precaución, más de 240.000 personas que residían en las zonas costeras del país y de las Islas Galápagos fueron evacuadas.

Los efectos del tsunami sobre la costa del Pacífico mexicano se quedaron en una sola ola y en imágenes del mar más agitado que de costumbre, pero sin la fuerza que se había previsto, informa Isabel Longhi-Bracaglia. El fenómeno llegó debilitado desde que tocó a media mañana del viernes Ensenada, en Baja California. Según un comunicado del Ministerio del Interior, la elevación del mar generó algunas situaciones poco comunes, pero "no representaron ninguna amenaza para la población, sus bienes y la infraestructura".

Las expresiones de solidaridad y condolencia se multiplicaron en la región, donde en algunos países se suspendieron las clases vespertinas en las zonas bajo aviso y se restringió la navegación. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, visitó al embajador de Japón en su país, Jiro Shibasaki, para transmitirle las condolencias y solidaridad de su gobierno.

El presidente guatemalteco, Álvaro Colom, expresó su solidaridad al país asiático y dijo que lamentaba la muertes y daños materiales causados por el terremoto seguido de tsunami. El mandatario salvadoreño, Mauricio Funes, tildó de "amigo" al país asiático y se mostró confiado en que esa nación "tiene la experiencia necesaria y la capacidad para salir adelante". Honduras, además, ofreció a Japón "toda la colaboración para aportar en las labores de búsqueda y rescate de víctimas", según un comunicado oficial.

Tras el seísmo que sacudió Japón, prácticamente toda la costa oeste de América, desde Canadá a Chile, emitió alertas ante la posibilidad de que grandes olas pusieran en riesgo a las poblaciones del litoral. Los temores, sin embargo, se disiparon al comprobar que la mayor altura registrada en las primeras olas llegadas a la isla hawaiana de Kauai fue de un metro, mientras algunos puntos de Big Island y Maui experimentaron inundaciones cuando olas de 2 metros golpearon la costa.

Pese a las advertencias de las autoridades que pedían a la población que se alejara de las playas y los puertos, en previsión de una subida inusual del nivel del mar, EEUU informó de cinco víctimas, de las que cuatro fueron rescatadas en Oregón. La quinta persona continúa desaparecida en California, donde fue declarado el estado de emergencia para cuatro condados afectados por el tsunami, cuyo impacto dejó numerosos destrozos en puertos y playas.

Tras Hawai, el tsunami llegó a territorio latinoamericano por México, y a continuación alcanzó las costas de los países centroamericanos y suramericanos, con efectos que, en su mayoría, resultaron menores de lo esperado.