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Los médicos la criticaban y la llamaban "gorda" pero en realidad tenía cáncer

Descubrió que tenía cáncer luego de varios años de agonía, pero los médicos culpaban a la obesidad de sus inexplicables dolencias.

A los 18 años de edad Rebecca Hiles enfermó de bronquitis y neumonía. Tres años después de recibir tratamiento aún tosía todos los días y su respiración empeoraba poco a poco.

Rebecca sufrió durante varios años más de ataques de tos, incluso tos con sangre, y dificultad para respirar, antes de descubrir que tenía un tumor canceroso en un tubo bronquial. Sus síntomas fueron repetidamente ignorados por los médicos, quienes culpaban a la obesidad de sus dolencias.

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Cada vez que iba con el doctor le decían que se “sentiría mejor si bajaba de peso”, narró Hiles a Cosmopolitan, revista que publicó la historia de varias mujeres que no recibieron una atención médica apropiada por prejuicios relacionados con su peso.

Incluso cuando los síntomas de la tos y la dificultad para respirar se encontraban en su peor momento y la cantidad de medicamentos que tomaba para controlarlos (entre jarabes para la tos, antiácidos y esteroides) llenaban una bolsa del tamaño de un galón, Hiles seguía recibiendo la misma respuesta.

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"En lugar de escuchar al paciente cuando dice: 'bueno, estoy tratando de hacer ejercicio, pero luego no puedo respirar'", contó Hiles, "simplemente los descartan diciendo, 'bueno, si pierdes un poco más de peso, te será más fácil respirar '", añadió.

Tuvieron que pasar más de cinco años para que un médico de atención primaria prestara atención a sus síntomas y la enviara a consultar a un neumólogo para hacerle algunas pruebas a sus pulmones.

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Antes de que pudiera hacer la cita, Rebecca sufrió un severo cuadro de tos con sangre que la hizo caer en la sala de emergencias. Los médicos hicieron una tomografía computarizada y encontraron un tumor en su tubo bronquial.

En menos de dos semanas, Hiles se sometió a cirugía para extirpar su pulmón izquierdo, la mitad del tejido ya estaba muerto. "Cuando mi cirujano me dijo que un diagnóstico oportuno podría haber salvado mi pulmón, tengo una sensación de furia. Pasé más de cinco años buscando la razón por la que siempre estaba tosiendo y enferma ", escribió en un blog publicado en 2015.

De acuerdo con la American Association of Retired Persons (AARP, por sus siglas en inglés), el estigma de la obesidad puede causar que los médicos pasen menos tiempo con los pacientes, no los envíen a que se hagan pruebas de diagnóstico, o bien, reciban la peor atención.

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