Es normal que el nacimiento de un nuevo integrante se convierta en la sensación de la familia y que todos quieran cargarlo y demostrarle su amor, pero justo después de nacer, la única persona que debe sostener entre sus brazos al bebé es su madre.
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El especialista en neurociencia perinatal Nils Bergman ha explicado en un artículo publicado por La Vanguardia, la importancia de crear un momento de intimidad entre mamá e hijo tras el parto. “Los mil primeros minutos de vida determinan la salud y el desarrollo para toda la existencia”, dice Bergman.
Cuando un recién nacido tiene su primer contacto con el mundo exterior, todo es distinto para él y debe comenzar a adaptarse. Para evitar el estrés y el miedo Nils Bergman asegura que es necesario dejar que sea la madre quien cargue al bebé desde el primer instante, sin siquiera la intervención de doctores, el padre u otros familiares. De este modo se eliminará el riesgo de cambios hormonales, metabólicos y cognitivos que afecten la salud del bebé.
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Bergman dice que el ADN del ser humano al nacer lo que espera es el contacto piel con piel y la lactancia materna, y también es necesario para que los circuitos neuronales de la inteligencia emocional se conecten. Pero al no tener todo esto, el recién nacido no podrá adaptarse de manera adecuada, según el especialista.
“Al estar piel con piel, la temperatura, el olor corporal, el movimiento, el sonido, todo eso le dice al bebé que está seguro y su cerebro escoge el circuito de la oxitocina. Cuando el bebé mama, abre los ojos y se encuentra con los ojos de la madre, empiezan a formarse las nuevas conexiones neuronales en la madre”, declaró Bergman.
Además, se menciona que, al separar al bebé de su madre, se le está dando el mensaje al neonato de que ha llegado a un lugar difícil para vivir.
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El experto asegura que no hay mejor lugar que los brazos de la madre, para mantener el ritmo cardiaco, la temperatura, el sueño, las hormonas, así como el desarrollo y la supervivencia del recién nacido. Los primeros mil minutos que comparten juntos, serán clave para el desarrollo emocional, social, intelectual y cognitivo.
Nils Bergman comprobó sus estudios en Zimbabue, ya que al no tener incubadoras para los bebés, ponía a los prematuros sobre el cuerpo de su madre, validando que el cuerpo de una mujer que se ha convertido en mamá está mejor diseñado por la naturaleza para preservar la vida que una máquina.
El padre, los familiares y amigos tendrán más tiempo para compartir con el bebé, pero es de vital importancia que permitan que sea la madre la primera persona en hacerlo, para establecer un vínculo que a largo plazo traerá grandes beneficios en la vida de ambos.
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El emocionante momento en que este bebé vio a su papá por primera vez: