Hace tres años Jessica Bradford fue diagnosticada de cáncer en los ganglios linfáticos y antes de iniciar el tratamiento tomó la decisión de congelar sus óvulos para no descartar la posibilidad de ser madre en el futuro. Por suerte se anticipó a lo que le esperaba, pues después de terminar el tratamiento quedó estéril.
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Cuando llegó el momento en el que Jessica quiso tener hijos, su madre Julie de 44 años se ofreció a tener el bebé y así fue como en mayo del 2016 los médicos le insertaron uno de los embriones congelados y quedó embarazada, según reporta el diario británico Daily Mail. “Mi madre es la mujer más valiente y maravillosa que hay en el mundo. La amo todavía más por haberme dado a mi hijo”, dijo Bradford.
Julie aseguró al Daily Mail que para ella fue un honor haber prestado su vientre para que naciera su nieto.”Siempre supe que Jessica tenía deseos de ser madre desde muy temprana edad, y hemos estado pasando tanto tiempo en hospitales que se ha convertido en algo normal para nosotras. Esto feliz de que esta última visita haya sido por una razón tan maravillosa”, dijo.
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