Una madre estadounidense se ha convirtió en la mayor donante de leche materna en la historia del Omaha Children’s Hospital and Medical Center. Tras el fallecimiento de su bebé a los 10 meses de nacido decidió donar 131 galones de leche para que otros niños se puedan beneficiar.
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Su bebé nació prematuro y con una rara enfermedad que se llama gastroquisis, que hace que los órganos de la pared abdominal sean expuestos. Esto hizo que el pequeño tuviera múltiples complicaciones que hicieron que su vida fuese muy corta.
Foto: Facebook/Demi Lyn Frandsen
El cuerpo de la madre Demi Frandsen, siguió produciendo leche todos esos meses, a pesar de que su hijo no podía alimentarse de ella. Según el portal Today, a los niños que nacen con gastroquisis se les puede colocar los órganos dentro del abdomen con una cirugía, sin embargo el caso de Leo y el hecho de que todavía sus pulmones no estaban desarrollados, hicieron que su condición fuera más complicada.
Demi conservaba las reservas de leche materna con la ilusión de que un día su pequeño Leo iba a conseguir salir del hospital y llegar a vivir a la casa, pero esto nunca sucedió. La madre contó a Today.com que para ella fue más difícil emocionalmente, que su cuerpo continuara produciendo leche después del fallecimiento de su bebé.
A pesar de atravesar una situación tan dolorosa, Demi Fransen supo transformarlo en una oportunidad para hacer el bien.
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