Cuando se trata de tu mamá, puede que tu relación tenga una gran parte de amor incondicional ¡y también momentos en los que te pone los pelos de punta! Pero de todos modos, nunca olvidas que ella es irremplazable, y en ocasiones, también es tu mejor amiga.
Aquí te contamos 10 razones por las cuales ella tiene un lugar de privilegio en tu corazón:
Te dio la vida. Con valentía decidió traerte al mundo, y tomó la responsabilidad de cuidarte y amarte. Y, aunque haya cometido errores, no dudamos que hizo lo mejor que pudo.
Siempre da los mejores consejos. Desde los más genéricos, como “sé buena con tus hermanos” y “come tus vegetales”, hasta los más profundos. Ella siempre deseará lo mejor para ti, y se esforzará por ayudarte a sortear tus dificultades.
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Es tu mejor cheerleader. Cuando estás triste, o cuando crees que no estás haciendo las cosas bien, ella siempre te apoyará, y te recordará lo fabulosa que eres.
Te protege. A pesar de que ella sabe que debería dejarte pelear tus propias batallas, seguramente no pudo aguantarse las ganas de defenderte de ese bully en la escuela o de ese maestro que te criticó. ¡Y siempre es la primera persona a la que acudes cuando tienes algo que contar!
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Te dice la verdad. Si a ella no le gusta tu ropa o tu cabello, no se guardará sus opiniones para sí misma, ni fingirá que le agradan. En cambio, optará por la honestidad total. Y eso siempre es bueno… ¿o no?
Puedes llorar en su hombro. Siempre está dispuesta a abrazarte y a prepararte una rica taza de chocolate caliente cuando estás triste. Y no lo dudes: a ella le dolieron tanto como a ti aquellos momentos en los que no entraste en el equipo de natación, o cuando una “amiga” no te invitó a su fiesta.
Prepara la comida más rica. Quizás sus platillos no sean merecedores de una estrella Michelin, pero son los que te recuerdan a tu infancia. Es más: seguramente tú prepares algunos en tu propia cocina, y aunque estén repletos de calorías, seguro que no puedes evitar comerlos con entusiasmo.
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Te ama incondicionalmente y, por más que crezcas y que hasta tengas tus propios hijos, ella siempre te verá como su niñita.
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