Es probable que en los últimos días hayas escuchado hablar del ‘slow fitness’, un tipo de entrenamiento que se ha vuelto popular en Estados Unidos. Basado en la teoría que el entrenador Adam Zickerman plantea en su libro “Power of 10” de que moverse más rápido no es necesariamente más efectivo.
Este método se basa en calidad frente a cantidad y consiste en realizar sesiones de ejercicios de 10 segundos con los cuales se queman calorías y crea densidad ósea. El autor del libro plantea que no hay una intensidad estándar para entrenar y ponernos en forma. En el diario Clarín se explica que la frecuencia cardíaca puede ser la misma corriendo que caminando sobre una cinta si se pone en pendiente, ya que en ambos casos el cuerpo necesita adaptarse a la situación de estrés.
Tanto el ejercicio de alta intensidad como el entrenamiento lento tienen sus beneficios, no es que uno sea mejor que el otro. El ‘slow fitness’ encaja dentro del grupo de disciplinas como yoga, pilates o body balance. Esta técnica ayuda a mejorar la coordinación, la movilidad y la flexibilidad, según dijo Daniel López Ruíz, manager de una importante cadena de gimnasios en Madrid al diario El Mundo.
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Adam Zickerman es entrenador y director de la cadena de gimnasios Inform Fitness en Nueva York y California y en la página web oficial, se explica en detalle cómo funciona este método y los beneficios. Cuando se reduce la velocidad de las repeticiones, los músculos de ven obligados a trabajar más y el riesgo de una lesión es menor. Algo que llama la atención es que se recomienda descansar por un período de entre 4 y 7 días para que el cuerpo realmente construya fibras musculares más fuertes.
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