El uso de la tecnología ha contribuido en la evolución de casi todos los sectores, incluyendo el militar, aunque en esta ocasión fue la misma tecnología la que le jugó una mala pasada.
Todo gracias a una simple app para correr conocida como Strava, capaz de registrar las rutas recorridas por los usuarios, y así poder monitorear su desempeño.
Y es que esta aplicación fue utilizada por soldados estadounidenses para hacer ejercicio, dando a conocer de esta manera su geolocalización.
El problema vino cuando en noviembre de 2017 Strava decidió publicar un mapa de calor, en el que muestran las rutas más usadas por sus usuarios en distintas partes del mundo.
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Fue así como se revelaron las ubicaciones de diversas bases militares secretas del Ejército de EE. UU. y centrales nucleares, teniendo en cuenta los registros de los soldados que usaron la app.
El analista de seguridad australiano Nathan Ruser fue el primero en identificar el error, y decidió publicarlo en su cuenta de Twitter.
En entrevista para The Guardian, Ruser señaló que "las bases estadounidenses son claramente identificables y mapeables. Si los soldados usan la aplicación como lo hacen las personas normales, al activar el seguimiento cuando van a hacer ejercicio, podría ser especialmente peligroso".
Al respecto, Strava aseguró que los usuarios pueden habilitar sus actividades como privadas para que estas no sean incluidas en los mapas de calor.
Sin embargo la revelación reaviva la polémica sobre la protección a la intimidad de los usuarios, y lo que se hace con la información que es registrada en los servidores de estas compañías.
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