La esposa de Johnny Depp, Amber Heard, tendrá que aparecer ante la Justicia australiana el próximo 7 de septiembre, después de que ella y su marido, introdujeran en el país de manera ilegal y a bordo de un avión privado a sus dos perritos, Pistol y Boo el pasado mes de abril.
Amber tiene dos cargos por importación ilegal y a un cargo por utilizar documentación falsa después de violar las estrictas leyes australianas de cuarentena. Por estos cargos la actriz podría ser condenada a pagar una multa de más de $200,000 dólares y a cumplir hasta 11 años de cárcel.
A la pareja se le informó que sus mascotas podrían ser sacrificadas si no las sacaban del país en menos de 50 horas. El ultimátum que le envió el ministro de agricultura Barnaby Joyce no le sentó nada bien a la actriz, que acusó al político de querer buscar sus "quince minutos de fama" a costa de sus perros.
"Tengo la sensación de que vamos a evitar ir a Australia desde este momento... Supongo que todo el mundo quiere tener sus 15 minutos de fama, incluyendo algunos funcionarios del gobierno", comentó la actriz.
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