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Los extravagantes deseos de Joan Rivers para su funeral

Lucir espléndida el día de su funeral fue su gran anhelo, y para ello, Joan Rivers dedicó un capítulo de su libro de 2012, en el que pedía estar vestida por Valentino, tener el pelo de Beyoncé y que Meryl Streep llorara en cinco idiomas, entre otras cosas.

Por Matías Piñeiro, Crossover

Lucir espléndida el día de su funeral fue su gran anhelo, y para ello, Joan Rivers dedicó un capítulo de su libro de 2012, en el que pedía estar vestida por Valentino, tener el pelo de Beyoncé y que Meryl Streep llorara con cinco acentos distintos, entre otras cosas.

Tras la muerte de la querida comediante y presentadora Joan Rivers, muchos medios recordaron las líneas que ella misma escribió pensando en su funeral soñado. Fue en su libro de 2012 \'Odio a todos... empezando por mí\', donde Rivers redactó, con lujo de detalles, todas sus ocurrencias para el día de su muerte.

El texto iba dirigido a su hija Melissa, y decía: "Cuando muera (sí Melissa, ese día llegará\' y sí Melissa, todo está a tu nombre) quiero que mi funeral sea una gran show con luces, cámara y acción".

Y con su sentido del humor habitual, pasó a enumerar sus requisitos para su noche final:

"¡Quiero bocadillos, paparazzi y haciendo una escena! Quiero que sea Hollywood. No quiero un rabino divagando. Quiero que Meryl Streep llore en cinco acentos diferentes. No quiero un sermón; quiero que Bobby Vinton levante mi cabeza y cante Mr. Lonely. Quiero lucir hermosa, mejor muerta que viva. Quiero ser enterrada con un vestido de Valentino y quiero que Harry Winston haga la etiqueta para mi pie; y quiero un ventilador para que, incluso en el ataúd, mi cabello esté moviéndose como el de Beyoncé.

Joan Rivers falleció ayer, jueves 4 de septiembre de 2014 en la ciudad de Nueva York. Se encontraba en estado de coma, tras sufrir un paro respiratorio durante una operación en sus cuerdas vocales.

El funeral se llevará a cabo el próximo domingo 7 de septiembre en Nueva York; y será el momento de comprobar si los deseos de Joan se hacen realidad.