La famosa pareja formada por Chris Martin y Gwyneth Paltrow anunció a principios de esta semana el fin de su matrimonio haciendo hincapié en que ambos mantendrían su amistad "intacta", pero lo cierto es que su convivencia empezó a deteriorarse notablemente desde que la actriz estadounidense decidió seguir los pasos de su amiga Madonna y empezó a practicar la Kabbalah, una rama mística del judaísmo más ortodoxo.
"A Chris nunca le pareció bien que Gwyneth empezara a cultivar ese tipo de inquietudes espirituales, porque le parecía que había entrado en un club demasiado exclusivo y poco transparente. En cuestión de meses, empezó a sentir que su esposa no era la misma persona que él conoció, como si se hubiera transformado radicalmente. Ese cambio de rumbo provocó que su relación se enfriara y que chocaran constantemente", aseguró una fuente al diario The Sun.
Además de sus diferencias en el plano religioso, los diversos compromisos profesionales del líder de Coldplay y de la oscarizada actriz llegaron a levantar un muro entre ellos que, en los dos últimos años, les llevó a vivir prácticamente separados pero bajo el mismo techo; una situación que ya aventuraba el dramático final de su matrimonio.
"Chris y Gwyneth llevaban un tiempo tratando de salvar su relación, pero la verdad es que desde hace un par de años ya sabían que lo suyo no iba a terminar bien. Chris ha estado completamente aislado del mundo durante la grabación de su último disco, mientras que Gwyneth se ha centrado exclusivamente en los niños y en su página web [en la que ofrece consejos relacionados con su estilo de vida] Si no se han separado antes ha sido precisamente por los niños", añadió el mismo informante.
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