La actriz australiana Cate Blanchett decidió trasladar el protagonismo de su triunfo en los premios Bafta a la figura del desaparecido Philip Seymour Hoffman, a quien dedicó un sentido tributo tras recoger la estatuilla a la mejor actriz protagonista por 'Blue Jasmine'. Describiéndole como un intérprete lleno de talento y calidez humana, Cate no pudo evitar lanzarle un cariñoso insulto, "cabrón", para recriminarle que se despidiera del mundo sin decir adiós.
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