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El curioso caso de 'Day of the Flowers'

Conversamos con John Roberts y Jonathan Rae, director y productor de 'Day of the Flowers', una película sobre dos hermanas escocesas... en Cuba.

Carlos Acosta y Eva Birthistle en una escena de la película 'Day of the Flowers'.

Por Julio Llerena

A la película ‘Day of the Flowers’ no le cabe una definición fácil. Es comedia pero su trasfondo es dramático. Está situada en Cuba pero sus protagonistas son escoceses. También lo es la producción: el filme es el primero que el gobierno cubano ha permitido a realizadores extranjeros rodar y producir en la isla.

‘Day of the Flowers’ cuenta la historia de dos hermanas escocesas, Rosa y Ailie, que viajan a la isla a esparcir allá las cenizas de su padre, junto con las de su madre, cuyos restos están allá. Ambas son muy distintas la una de la otra: la primera heredó de sus padres un idealismo militante y una fe ciega en la Revolución, mientras que su hermana es una víctima de la moda y vive ajena a cualquier compromiso social. Los acompaña el despistado amigo de Rosa, que no se quita la falda escocesa durante todo el viaje.

Protagonizada por la actriz irlandesa Eva Birthistle y la inglesa Charity Wakefield, la película cuenta también con un conocido rostro hispano: la megaestrella del ballet Carlos Acosta, que le añade sobriedad a una historia donde la comedia pareciera ir a contrapelo de la realidad cubana anárquica y avasalladora.

Jonathan Rae y John Roberts, productor y director de la película respectivamente, estuvieron en el Festival de Cine de Miami presentando el filme. Conversamos con ellos y esto fue lo que nos dijeron.

Fandango Cine: Algo interesante de la película es el hecho de poner a sus protagonistas en un lugar totalmente ajeno para ellos. ¿Siempre la situaron en Cuba?
John Roberts: Sí, está basada en la experiencia de Eirene Houston, la autora del guión. La historia está muy conectada con su pasado, como el de muchos europeos que apoyaron la idea socialista en los sesenta, aunque ella tuvo el interés de ir allá y ver la realidad y contrastarla con la idea que tenía.

FC: El punto de vista que toman sobre Cuba es muy interesante porque es el de alguien que no es de allá, que ni siquiera latino. Y muestran la realidad con gran precisión, con detalles como el del puerco corriendo en la casa. ¿Cómo se documentaron sobre todos estos detalles?
Roberts: Pasamos mucho tiempo allá. Además, contábamos con la experiencia de la escritora y con muchos colaboradores en el reparto cubano, y un gran apoyo de la ICAIC [Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos], que hizo posible que llegáramos a lugares adonde no pensamos que nos permitirían llegar.
Jonathan Rae: Tal vez tiene que ver con el momento en que filmamos. Parecíamos estar en el proceso de preparar la película justo cuando estas cosas comenzaron a hacerse posibles, y eso nos ayudó a representar cómo son las cosas allá realmente, sin juzgarlas.

FC: ¿Cómo fue trabajar con Carlos Acosta y sacarlo de la danza?
Roberts: Es un actor muy intuitivo y un hombre muy modesto, muy preocupado por estar a la altura del reparto.
Rae: Es un actor de todas formas, cuando baila ballet está actuando y sabe contar una historia a través del movimiento, eso es muy importante frente a la cámara.

FC: ¿Qué les pareció la reacción del público aquí en Miami?
Rae: Me sorprendió gratamente porque, para comenzar, entendían español e inglés. Lo habíamos mostrado a públicos europeos y la reacción no fue la misma. La presentamos en Cuba también, pero la reacción en Miami ha sido la mejor hasta ahora.

FC: ¿Tenían miedo de la reacción del público en Miami, siendo esta ciudad el corazón del exilio?
Rae: Es justo decir que sí, yo estaba preocupado. Yo sabía bien  en qué estábamos entrando, aunque el filme no es político precisamente. No era nuestra intención hacer una declaración política sobre Cuba desde el punto de vista de Miami. Fuimos a Cuba porque es parte de la historia y la esencia de lo que trata el guión.

FC: Me parece que el público la pasó bien en el cine.
Rae: Sí, se metió en la película como película, y no necesariamente con una noción predeterminada de lo que iba a ser. Lo que quisimos hacer fue un filme para el público en general, una pieza de entretenimiento.
Roberts: Sin embargo, tiene que ver con la realidad, que es lo que la gente joven vive en Cuba en este momento, como el reggaetón y los tatuajes.

FC: El día de la presentación ustedes dijeron que la realidad de Cuba está cambiando. ¿Cómo así?
Rae: Sí, la realidad está cambiando. Cuando vas allá, ves que los jóvenes tienen ambiciones más claras, quieren hacer dinero, quieren ser empresarios. Eso es muy claro, es como el comienzo de un levantamiento.
Roberts: Suenas como un político. [Risas]
Rae: [Risas] No, es solo una observación.

FC: La realidad cubana es tan abrumadora que cualquier cosa que digas puede ser politizada.
Roberts: Sin embargo, creo que es importante ir allá para ver cómo es, sin ningún punto de vista en particular.

FC: ¿Fue siempre una comedia este proyecto?
Roberts: Siempre lo fue. Leí las dos primeras páginas y dije: “Ajá, ya entiendo”. Eirene estaba mirando a esta generación de cubanos con un filtro político, tomando partido por la Revolución sin haber estado siquiera cerca de ahí. Pero llega allá y ve algo distinto y se ríe un poco de sí misma. Es algo que sucede en todo el mundo.

¿Adoptaron algo de Cuba, como tomar café cubano, por ejemplo?
Rae: Yo sí, me encanta el café cubano. Durante el rodaje, lo tomaba todas las mañanas: café con azúcar cubana, que es la mejor azúcar del mundo.

FC: ¿Qué viene ahora para ustedes?
Roberts: Estamos trabajando en un par de proyectos, pero todavía estamos tratando de empujar este proyecto en Estados Unidos, ese es nuestro objetivo ahora.