Lo hemos visto una y otra vez durante la Copa Mundial de la FIFA. Cada vez que un jugador erra un gol ‒o se salva de una jugada peligrosa del adversario‒ se lleva las manos a la cabeza. Es casi automático. “¿Cómo me equivoqué así?”, parecería estar comunicando.
Y no solo lo hace él, sino otros miembros del equipo, el DT, los aficionados… ¿Qué significa este gesto?
La psicología tiene varias explicaciones
Lo hicieron Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y muchos otros jugadores de diversos países. Tiene poco que ver con su nacionalidad y mucho con la psiquis humana.
“Se están cerrando al mundo”, sugiere Robert Phipps, experto en lenguaje corporal, en el periódico The Guardian. “No quieren ver nada, ni que los miren. Quieren esconderse”.
El gesto significaría que “sabes que lo arruinaste” y que lo lamentas, según explica al diario The New York Times, Jessica Tracy, profesora de psicología en la Universidad de Columbia Británica.
Muchos futbolistas, además, se desploman sobre sus rodillas o se inclinan hacia adelante, como si quisieran volverse pequeños, señala Tracy. Son todas conductas que evidencian vergüenza. O, también, se llevan una sola mano a la frente. Esto, según Phipps, delata frustración.
Allan Pease, autor y experto en lenguaje corporal, añade en The Guardian otro posible significado: el gesto es equiparable al de una madre que sostiene la cabeza de su bebé, para reconfortarlo en situaciones de estrés.
Los jugadores y fans, entonces, lo harían para consolarse. Buscarían ese autocontacto para brindarse alivio. Estas son reacciones universales; no suceden solo en el campo de fútbol.
También, un intento de protección
¿Cómo reaccionarías ante una explosión? Es altamente probable que un ruido muy fuerte te haga llevarte las manos sobre la cabeza, para cubrirte de lo que sea que esté sucediendo.
Algo así les pasaría a los futbolistas, pero en lugar de querer protegerse de un dolor físico, se “cubrirían” del dolor psíquico, explica Dacher Keltner, profesor de psicología en la Universidad de California, Berkeley, a The New York Times.
Los aficionados, ¡nos contagiamos!
Es curioso cómo las personas del público hacen exactamente el mismo gesto de llevarse las manos a la cabeza, al mismo tiempo que el jugador.
Philip Furley, experto en psicología deportiva en German Sports University, en Colonia, indica al periódico mencionado que se produciría una especie de “contagio”. “Si se trata de un equipo que apoyas, y el jugador que apoyas en ese momento hace algo, puede que te ‘infecte’ su comportamiento no verbal”. ¿Qué tal?
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