Seguro hay alguna actividad que realizas y te apasiona, aunque no ganes dinero haciéndola. ¿Y si pudieras convertir tu hobby en un negocio? ¿Si te pagaran por hornear galletas o tomar fotografías? Checa lo que debes saber, antes de proponerte ganar dinero con lo que amas hacer.
Pregúntate por qué
Es importante que conozcas tu objetivo, dice Money Crashers. ¿Quieres ganar dinero adicional mientras conservas tu empleo? ¿O buscas comenzar un negocio que sea tu principal fuente de ingresos? Tener en claro tus metas sería de gran ayuda en el proceso.
¿Estás preparado para odiarlo?
Convertir tu hobby en un emprendimiento podría ocasionar que deje de gustarte en algunos momentos. ¿Te apasiona tanto como para hacerlo todos los días? ¿Podrás soportar el estrés, las fechas de entrega y las repercusiones financieras? Una cosa es practicar tu pasión de forma relajada, en tu tiempo libre, y otra muy distinta hacerlo durante años, todos los días, bajo presión.
Aprovecha el tiempo al máximo
Entre el empleo de oficina, los hijos y otras responsabilidades, puede que te quede poco tiempo para comenzar tu emprendimiento. Por eso, al inicio será necesario que uses la creatividad para encontrar los momentos libres, señala la revista Entrepreneur. Por ejemplo, puedes despertarte una hora antes por las mañanas o, por qué no, pedir ayuda a tus hijos.
Pero, ¡atención! Si tu agenda está demasiado apretada, podrías perder productividad:
Investiga el mercado
Antes de invertir dinero en tu idea, debes averiguar si hay demanda para tu producto o servicio. Entre otras cosas, debes investigar cuán grande es el mercado potencial, quiénes serían las personas interesadas, cuáles son sus ingresos, si hay otros negocios ofreciendo lo mismo que tú y cuánto se paga actualmente por ese producto o servicio.
Crea un plan
Para comenzar a monetarizar tu hobby, debes armar una estrategia. Cuanto más claro tengas el camino a seguir y el panorama (incluyendo lo que hayas averiguado sobre el mercado), más probabilidades de que te vaya bien. El profesor de guitarra Tom Hess, por ejemplo, comenzó a dar clases durante las noches y los fines de semana, mientras continuaba con su trabajo y ahorraba dinero, según relata a la revista mencionada. Una vez que tuvo suficientes fondos para cubrir cuatro a seis meses de gastos, habría dejado su trabajo, dedicándose por completo a enseñar. Tu plan, por supuesto, dependerá de tu situación particular.
Si tienes dudas, puedes consultar a un asesor financiero.
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