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Guatemala después del volcán: la historia de Julia

Julia Gonzales sobrevivió a la masiva erupción del volcán de Fuego, en Guatemala. Esta es su historia.

El domingo 3 de junio, el volcán de Fuego, en Guatemala, vivió su erupción más fuerte en décadas. Los habitantes de los pueblos cercanos tuvieron poco tiempo para escapar, y decenas seguirían enterrados bajo los flujos de lava y piedra.

En este panorama desolador, los socorristas trabajan incansablemente para rescatar a la mayor cantidad de gente posible. Si quieres ayudar, puedes hacerlo desde aquí.

Julia Gonzales es una de las sobrevivientes de la tragedia. Conoce su historia a continuación, adaptada de su versión original, publicada en el sitio de Catholic Relief Services.

En segundos, el cielo se volvió completamente negro”

Julia Gonzales estaba acostumbrada a los sonidos estruendosos y a los cielos oscuros. Es lo normal cuando vives en la comunidad guatemalteca de El Rodeo, Escuintla, justo al lado de un volcán.

Por eso, el domingo 3 de junio parecía un día igual a cualquier otro. La mujer de 62 años estaba cuidando a tres de sus nietas — Ángela, 9, Eulalia, 7 y Lidia, 3 — por pedido de su hija, María Cristina.

Despidieron a María que se marchaba con otra de sus hijas a cuestas, de apenas 10 meses, mientras su marido empujaba el carro repleto de piñas que se proponían vender. Poco después, desaparecieron cuando el volcán hizo un ruido que nunca antes habían escuchado.

“Esta vez fue muy diferente”, cuenta Julia. “En segundos, el cielo se volvió completamente negro. Vimos venir las cenizas y supimos por el ruido que algo muy malo estaba sucediendo”.

El volcán de Fuego había entrado en erupción. Julia relata su historia desde un refugio montado en una iglesia católica local, por Cáritas Guatemala en Escuintla, partner de Catholic Relief Services.

Después de la erupción, Julia les pidió a sus dos hijos varones que fueran a buscar a su hermana. Volvieron pronto, para avisar que un río de lava, piedras y cenizas se aproximaba. Un río que ya se había cobrado las vidas de María, su bebé y su esposo. Los sobrevivientes acudieron a un refugio de inmediato.

“Las personas aquí en Escuintla lo han perdido todo: familiares, hogares, cultivos, animales”, describe Luis Rolando Sánchez, coordinar de emergencias de Catholic Relief Services. “Habrá muchos huérfanos y viudas”.

“Mis nietas han perdido a sus padres”, se lamenta Julia, sin consuelo.

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