Ya sea por motivos económicos o como una decisión de crianza de los padres, hay muchos niños que comparten el dormitorio con uno o más hermanos. Lejos de ser una situación negativa, podría tratarse de una oportunidad para que los pequeños incorporen valores y aprendan importantes lecciones. Descubre consejos para que tus niños compartan habitación y posibles beneficios.
Cómo diseñar el dormitorio
Sigue estos consejos para facilitar la convivencia de tus niños:
- Inlcúyelos en la planificación. Déjalos tomar algunas decisiones sobre cómo decorar. "Muéstrales fotos de revistas o catálogos, dándoles varias opciones que no sean demasiado extremas", sugiere Lyn Peterson, directora de una empresa de diseño, en diálogo con la revista Parents.
- Aprovecha cada rincón. Desde estantes sobre las camas hasta cajones debajo, es importante maximizar el uso del espacio para que los niños no se sientan apretados.
- Elige con cuidado los muebles de guardado. Siguiendo con el punto anterior, debería haber un lugar para cada cosa, para que los niños puedan conservar el orden, se indica en el blog A Beautiful Mess.
- Crea un espacio privado. Aunque sea muy pequeño, tus hijo apreciarán tener un rincón en el que estar solos de vez en cuando. Puedes colocar los muebles de forma estratégica con ese fin, se recomienda en la revista mencionada. Para una solución económica, puedes colgar cortinas que dividan el espacio, se sugiere en Money Crashers.
Posibles beneficios
¿Qué puede aportar el compartir dormitorio a los pequeños? Checa algunos de las ventajas...
- Construir mejores vínculos. "Los niños que comparten habitación están aprendiendo a vivir juntos, sintonizar los sentimientos del otro, comprometerse, resolver problemas y defenderse a sí mismos. Es una experiencia que trae beneficios que pueden usar en futuras relaciones", explica Adele Faber, educadora de padres, a Parents.
- Aprender a negociar y ceder. Así como puede acercar a los niños, compartir dormitorio también requiere ciertos compromisos. "Se debería alentar a los hermanos a buscar soluciones a sus problemas", indica Faber. En ese proceso, aprenderían a ser flexibles y a tener en cuenta los sentimientos del otro.
- Sentirse más seguros. "Cuando los niños son pequeños, obtienen una sensación de seguridad a partir de la presencia de otras personas. Un hermano puede ser muy reconfortante a la hora de irse a dormir", dice la psicóloga Patricia Dalton al mismo medio.
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