Lo sabemos: puede ser agotador. A fin de cuentas, nadie quiere levantarse cada noche a cambiar sábanas y pijamitas orinados. Pero si crees que estás solo en esta situación, podría reconfortarte saber que, mojar la cama, es bastante usual entre muchos niños. ¡Aunque no todo lo que oirás al respecto será cierto! Mira.
“Me hice pipí”
En EEUU, unos 5 a 7 millones de niños mayores de 6 años sufren de lo que se conoce como “enuresis nocturna primaria”. Es decir, se orinan involuntariamente durante la noche, aun cuando podría ya esperarse que durmieran sequitos, explica el sitio WebMD.
Sin embargo, así como frecuente, hay muchos mitos que circulan alrededor del mojar la cama. Destiérralos, para poder ayudar a tu pequeño a superar la situación.
1. “Quienes mojan la cama tienen vejigas débiles”
En realidad, estos niños tienen vejigas más pequeñas. Pero el verdadero problema no está en este órgano, sino en que les cuesta despertarse para orinar. Por eso, para ayudar a tu pequeño, podrías intentar levantarlo a mitad de la noche para que use el baño, o colocar una alarma de humedad bajo las sábanas, indica el Dr. David L. Hill, pediatra, en la revista Parents.
2. “Es un problema de comportamiento”
Tu hijo no puede controlar si moja o no la cama. Por eso, retarlo no ayuda, advierte el sitio BabyCenter. Para poder amanecer seco, debe desarrollar la capacidad de retener la orina por la noche o de levantarse para evacuar la vejiga. En otras palabras, no es algo que pueda apurarse.
3. “No tiene nada que ver con la salud”
Contra lo que algunos creen, mojar la cama es, en algunos niños, un síntoma de alguna condición médica, agrega Hill. Entre ellas:
• infecciones del tracto urinario,
• enfermedades en los riñones,
• diabetes,
• apnea del sueño,
• constipación.
Por eso, si tu hijo moja la cama, es importante consultar al médico, para descartar algún posible problema de salud.
4. “Restringir los líquidos antes de dormir, ayuda”
Contra lo que dicta el sentido común, dejar de mojar la cama no funciona de este modo, agrega BabyCenter. De hecho, la falta de líquidos puede agravar la situación.
Lo ideal sería que se hidratara bien durante el día, para que, cuando se acerque la hora de dormir, no tenga necesidad de beber tanto. Para algunos padres funciona distribuir los líquidos: 40% en la mañana, 40% en la tarde y 20% en la noche, concluye el portal.
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