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La escarlatina, ¿volvió? Habría cada vez más casos en el mundo. ¡Entérate!

Los casos de escarlatina se habrían multiplicado por siete, en menos de una década. Conoce más sobre esta enfermedad eruptiva.

Rubeola, varicela… las eruptivas suelen ser comunes en la infancia. Pero una de ellas está en la mira de los científicos últimamente: la escarlatina. Una condición que estaría de regreso, después de una larga siesta.

¿Volvió?

La fiebre escarlata, o escarlatina, es un tipo de infección bacteriana, causada por estreptococos del grupo A. Parecía cosa del pasado, tras numerosas décadas de declive.

Sin embargo, en los últimos años, el escenario habría dado un drástico giro, con cada vez más casos registrados en el Reino Unido y el este de Asia, advierte un estudio publicado en noviembre, en la revista The Lancet.

Tan solo en 2016 se habrían reportado 19,000 casos, fundamentalmente en escuelas y guarderías. Es decir, habría siete veces más personas enfermas desde 2011, resume el sitio Science Alert. Los expertos desconocen a qué se debería este rebrote de la enfermedad.

¿Quiénes pueden contraerla?

La escarlatina afecta mayormente a niños de entre 5 y 15 años, indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Y, aunque suele ser una enfermedad leve, es fundamental recibir tratamiento con antibióticos, para evitar complicaciones, como daños en los riñones, artritis o neumonía, advierte la entidad.

9 síntomas, para reconocerla

La escarlatina suele producir, según los CDC:

• Enrojecimiento y dolor de garganta.

• Fiebre (de 38.3°C/101°F o más).

• Sarpullido rojo en la piel, con sensación como de papel de lija.

• Piel roja brillante en axilas, codos y los pliegues de la ingle.

• Una capa blanquecina en la lengua.

• Apariencia tipo “fresa” (roja y con “huequitos”) de la lengua.

• Dolor de cabeza o corporal.

• Náuseas, vómitos o dolor abdominal.

• Glándulas inflamados.

¿Puede prevenirse?

Si bien no existe una vacuna para la fiebre escarlata, pueden reducirse las chances de contraerla, lavándose frecuentemente las manos con agua y jabón, y evitando compartir vajilla, toallas o artículos personales, concluyen los CDC. Y recuerda consultar al médico, ante síntomas o dudas.

Otras vacunas son fundamentales para mantener sanos a tus niños. Conoce los efectos que podrían tener cuando son aplicadas a los bebés y qué hacer, en este video:

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