Las gafas recetadas suelen ser costosas y, además, son una herramienta muy útil si tienes problemas de visión. Por estas dos razones, cuidarlas bien es muy importante. Descubre cómo.
Cómo limpiarlas
Limpia tus gafas regularmente con agua tibia y una gota de detergente para vajilla, recomienda el sitio Consumer Reports.
Primero, coloca los lentes bajo un chorro suave de agua, ya que esto ayudará a eliminar el polvo y otras partículas que podrían rayarlos, explica el portal All About Vision.
Una vez limpios, sécalos con un paño de algodón o microfibra. Asegúrate de higienizar todo el accesorio, incluidos el marco y las “patitas”.
¿Qué no debes hacer?
Aquí van algunas recomendaciones de Consumer Reports:
- No limpies tus gafas en seco, ya que el polvo podría rayarlas.
- No uses amoníaco, blanqueador, vinagre o limpiador de ventanas.
- ¡No uses saliva!, ya que es una solución de limpieza útil, pero puede contener otros elementos capaces de dañar los lentes.
- Usar el aliento, un hábito común, no los humedece lo suficiente y tampoco es lo aconsejable.
Aparte de tus lentes, ¡protege tu visión! Descubre por qué es importante hacerte controles regulares, en el siguiente video:
Dónde guardarlas y más tips de protección
Para empezar, siempre colócalas en lugares limpios y secos, lejos de elementos que podrían dañarlas, aconseja el sitio WebMD.
Deberías guardarlas en un estuche limpio, del tamaño correcto y, en lo posible, rígido, para una mayor protección, añade All About Vision.
Si no lo tienes a la mano, no dejes las gafas sobre la mesa con los cristales hacia abajo. En esos casos, lo mejor es apoyarlas con las patitas abiertas.
Al usarlos, toma los lentes con ambas manos y apóyalos sobre tu nariz. No los coloques sobre tu cabeza, ya que podrías deformar el marco, advierte Consumer Reports.
¿Y las lentillas?
Estos son algunos consejos de cuidado, de la Academia Americana de Oftalmología:
- Antes de manipularlas, lávate bien las manos y no olvides secártelas.
- Reduce el contacto de las lentillas con el agua al mínimo posible.
- No uses saliva para humedecerlas.
- Para limpiarlas, sigue las instrucciones específicas de un profesional.
- Reemplaza el estuche donde las guardas regularmente, al menos cada tres meses.
Con estos consejos podrás cuidar bien tus lentes recetados y sacarles el mayor provecho posible. Igualmente, ante la duda, consulta a un oftalmólogo.
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