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5 efectos negativos de la tecnología en tu hijo

Los dispositivos electrónicos y otras formas de tecnología impactarían negativamente en la conducta y educación de tu hijo. ¿Qué puedes hacer?

Common Sense Media 

 

Comenzaste con la mejor de las intenciones, tal vez tu hijo necesitaba una laptop para hacer la tarea o para contactarte al salir de la escuela. Y puede que hayas decidido comprar un Fitbit para perder algo de peso. No te diste cuenta y ahora tu casa está llena de aparatos. Todos están viendo pantallas, mandando mensajes y contando cada paso que dan. Y aunque puede que estés agradecido por cosas como Google Maps o Netflix que hacen tu vida más fácil o divertida, tal vez haya algunos cambios que no te estén gustando mucho.

 

Las cosas básicas como la cortesía, las conversaciones, estar aburrido y sencillamente apreciar pequeños placeres ya no están tan presentes como antes.

 

Pero no hay que perder la esperanza. Es posible que tengas que analizar de nuevo la forma en la que tu familia ha estado usando la tecnología y realizar ajustes basados en tus valores. Lo puedes hacer.  A continuación te presentamos cinco formas en las que la tecnología ha eliminado habilidades y experiencias importantes, y lo que puedes hacer para mejorar la situación.

 

Celular vs. el respeto a los mayores

 

¿Cuántas veces hemos visto a un maestro, entrenador o abuelo tratar de hablar con un niño que no despega la vista de una pantalla? Por su puesto que es de buena educación dejar de ver el celular cuando cualquier persona te está hablando, pero puede ser especialmente vergonzoso para los padres que fueron criados para siempre hacerles caso a los mayores.

 

Qué hacer: sé muy claro con respecto a tus expectativas. Háblales a los niños sobre lo importante que es tener modales cuando estás usando el teléfono. Explícales que aunque es difícil dejar a un lado el teléfono cuando estás a la mitad de un juego o chat,  crees que es importante prestarle atención especial a las personas como sus abuelos y otras personas mayores. Y por supuesto, el respeto genera respeto, así que pon a un lado tu teléfono cuando tus hijos te hablen (sí, aunque te esté hablando otra vez sobre cuánta redstone necesita para construir un castillo en Minecraft).  

 

Internet vs. el valor del aburrimiento

 

Cuando tienes un teléfono lleno de videos de gatos y memes graciosos, es fácil olvidar lo que es estar realmente aburrido. Pero la ciencia nos dice que estar aburrido es útil, tanto para los niños como para los adultos. El aburrimiento puede llevar a pensamientos profundos, puede ayudar a los niños a practicar la perseverancia y hacerlos soportar momentos incómodos sin estimulaciones o distracciones. Y sin aburrimiento, puede que los niños no se tomen el tiempo de explorar sus alrededores, jugar con la tierra, preguntarse cómo se construye una casa o cómo hacer galletas sin una receta, así que es posible que no se enteren de algo que realmente les gustaría hacer.  

 

Qué hacer: crea oportunidades para que se aburran al determinar horas y lugares en los que no pueden usar aparatos. Y asegúrate de que los niños tengan tiempos sin estructura (aunque sea un poco) en los que pueden andar por la casa o el vecindario sin una actividad predeterminada. Haz una lista de las actividades que los niños dicen que les gustan (desde dibujar, hasta construir cosas o jugar con una pelota) y recuérdaselas cuando se quejen de que no tienen nada que hacer.

 

Trackers deportivos vs. ejercicio simple

 

Si alguna vez has paseado con alguien que está tratando de “acumular pasos”, sabes lo difícil que puede ser concentrarse cuando están brincando y revisando su dispositivo constantemente. Los trackers de actividad  (que son útiles para muchos) tienden a distraer de la actividad en sí. Y si queremos que los niños disfruten de la belleza de sus alrededores, de una buena conversación o de la sensación que causan las endorfinas al correr, necesitamos enfatizar los beneficios de la actividad, en vez de la cuantificación de las acciones.  

 

Qué hacer: primero, no le compres un tracker a tu hijo al menos que lo necesite por una razón específica. Segundo, haz muchas actividades al aire libre y ejercicios divertidos y comenta lo bien que se siente. Y finalmente, sé un modelo a seguir, demuestra el comportamiento y los valores que quieres ver en tus hijos, como por ejemplo, esperar a que la caminata termine para contar tu progreso.  

 

Dispositivos móviles vs. empatía

 

La mera presencia de un celular en la mesa entre dos personas que están hablando ha demostrado reducir los sentimientos de empatía. No se sabe si esto es porque el dueño está distraído por la posibilidad de que llegue un mensaje o por la posibilidad de que algo más interesante ocurra en el teléfono, pero tiene sentido que si alguien no te está dando su atención total, es más probable que no te entienda o empatice contigo, lo cual puede afectar la calidad de la relación.

 

Qué hacer: dales prioridad a las conversaciones cara a cara al colocar los celulares y tablets fuera de la vista durante las comidas. Mantente atento a tus pensamientos durante las conversaciones y fíjate si te encuentras preguntándote si tienes una llamada perdida o cuánta gente le dio like a tu post de Instagram. Si ese es el caso, reenfoca tu atención en tu amigo, pareja o hijo. Reconoce lo difícil que es para ti evitar la distracción digital para que tus hijos entiendan que crees que es un reto difícil de enfrentar.

 

Asistentes vs. buenos modales

 

Si vives en uno de los hogares en los Estados Unidos que tienen Alexa o Google Home, puede que hayas notado el desafortunado efecto secundario de usar este tipo de aparatos: la falta de cortesía. Tanto niños como adultos le gritan órdenes “¡Quiero escuchar a Beyoncé!” o “¡¿Cuál es la temperatura?!” Estos aparatos no  necesitan que les digan “por favor” o “gracias” y mientras más reales se convierten estos dispositivos, más extraño se siente escuchar a tu hijo gritarle para pedirle algo a una voz que suena como un humano.

 

Qué hacer: compórtate como quieres que ellos se porten. Puede que se sienta extraño decirle “por favor” a una máquina, pero si eso es lo que esperas de tu hijo, deberías hacerlo también. Eso puede ayudar a que le expliques a tu hijo que aunque sabes que Alexa no tiene sentimientos, usar una voz amable hace que sea más agradable para las personas que están en casa. Puedes hablarles de lo mal que se siente estar con alguien que grita o está molesto, aunque no te estén gritando a ti.